¿Por qué tiran los españoles tanta comida a la basura?
Fruta, verdura, pan y platos preparados son los alimentos más propensos a convertirse en inmundicia
¿Compras más de la cuenta? ¿Tiras a la basura la comida que sobra? ¿Sueles encontrar alimentos caducados en tu despensa? En España, la mayoría de la población asegura derrochar alimentos por olvido: siete de cada 10 personas declaran que hay productos que caducan o se estropean antes de que puedan consumirlos, y los primeros que van al cubo son fruta, verduras, pan y platos preparados, de acuerdo con los datos del primer Estudio sobre Hábitos de Aprovechamiento de Alimentación en los Españoles elaborado por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC).
Sobre todo en los países industrializados, la venta minorista y el consumo privado son eslabones débiles de la cadena de distribución en cuanto a despilfarro de alimentos, un mal que afecta a un tercio de la producción mundial de comestibles y que equivale a 1.300 millones de toneladas al año. De acuerdo con los cálculos de la FAO —agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura—, esta cantidad sería suficiente para dar de comer a 2.000 millones de personas. Dentro de estas estadísticas, España tampoco se salva: es el séptimo país de la Unión Europea que más comestibles desperdicia, 7,7 millones de toneladas al año, y casi tres de ellas por parte del consumidor final.
Según el estudio de AECOC, el olvido no es la única razón con la que los españoles justifican el desperdicio de comida: el 25% de la población apunta que no merece la pena guardar alimentos debido a su escaso valor; un 15% admite su incapacidad para medir las cantidades a la hora de cocinar y menos de uno de cada 10 asegura tirar alimentos por no saber cómo aprovechar las sobras. Según el estudio de la patronal, solo el 15% de la población declara no desperdiciar ningún comestible, mientras un 5% dice tirar grandes cantidades de productos.
El estudio también señala que el consumidor no siempre es capaz de “interpretar correctamente” las fechas de caducidad y de consumo preferente, aunque se trate factores secundarios a la hora de decidir si consumir el producto o desecharlo. En concreto, siete de cada 10 españoles creen que, una vez pasada la fecha de caducidad, el producto ya no es seguro, mientras el 17% afirma consumirlo de todos modos. Por otro lado, el 9% de los consumidores cree que una vez pasada la fecha de consumo preferente ya no es seguro consumir el producto y el 5% decide desecharlo.
Pan, fruta y comida preparada desperdiciada
Entre los alimentos que más probabilidades tienen de convertirse en inmundicia no están solo los perecederos: casi ocho de cada 10 españoles admite tirar frutas y vegetales, el 59% desperdicia pan y el 42% acaba sin consumir las comidas preparadas. En el caso de la fruta, la justificación principal para tirarla es el deterioro y el aspecto; en el caso del pan, por estar seco o por quedar muy poco. En cuanto a carnes y pescados, el olor es el factor que más incide. Al contrario, los alimentos que menos se tiran son las bebidas como zumos, refrescos y vino, huevos y aperitivos salados, como patatas y aceitunas.
El derroche disminuye a medida que aumenta la edad del consumidor
Los hogares que más comida desperdician son los que están conformados por una única persona, mientras las parejas con hijos son las familias que menos comida tiran. El derroche es más elevado cuando quien se encarga de hacer la compra trabaja fuera del hogar, y más reducido en el caso de parados y pensionistas. En este escenario, los que más despilfarran alimentos son los jóvenes de entre 25 y 34 años, que dicen desperdiciar “bastante” o “mucho”. Este porcentaje va decreciendo a medida que aumenta la edad del consumidor: solo el 8% de las personas de entre 55 y 65 años dicen tirar comida. En cuanto a regiones, Andalucía y Canarias son las que más despilfarran; Comunidad Valenciana y Madrid las que menos.
De los ‘reaprovechadores’ a los ‘busca-caprichos’
El análisis de AECOC dibuja un mapa de los consumidores en función de su actitud frente al desperdicio de alimentos. El perfil más nutrido, en el que se identifican tres de cada 10 consumidores, es el del reaprovechador: estas personas aseguran hacer de todo para reutilizar las sobras y evitar tirar la comida a la basura.
El segundo grupo más numeroso es el de los foodwaste generators, aquellas personas que, pese a hacer el esfuerzo de guardar las sobras, las acaban tirando. Esta categoría, que reúne al 21% de los españoles, también se deja influenciar por las promociones de los establecimientos y son propensos a adquirir alimentos a través del canal online. Pero quien más se deja seducir por las ofertas y los descuentos son los llamados los busca-caprichos, un 16% de los españoles que admite no planificar sus compras y por eso acaba metiendo en el carrito más de lo que necesita.
Los eco-friendly, que se preocupan por realizar un consumo sostenible, y privilegian los productos locales y de producción cercana, representan el 16% de la población. El mismo porcentaje es representado por la categoría de los price-driven, aquellos consumidores que compran en función del precio y que consideran que los alimentos son cada vez más caros.
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