Una multa de Hacienda a las tabaqueras desata una guerra en el sector
Los estanqueros temen que Hacienda vaya a por ellos tras sancionar a los fabricantes de cigarrillos por promoción irregular en máquinas expendedoras
El sector del tabaco en España vive tiempos convulsos. La multa impuesta por el Comisionado del Tabaco, dependiente del Ministerio de Hacienda, a las tabaqueras por promoción irregular ha causado una tormenta en el sector. Los estanqueros temen que el supervisor vaya ahora a por ellos y han lanzado una huelga en las máquinas expendedoras. Por el momento, ya hay varios expedientes a estanqueros por cobrar de las tabaqueras por posicionar sus marcas en las máquinas. Hacienda también investiga a las grandes tabaqueras por su estructura fiscal a través de otras firmas en Holanda y Suiza.
“Hay cierta psicosis en el sector. Se exagera y corren los bulos desde que el comisionado ha comenzado a tramitar expedientes de infracción. Hay mucho miedo porque las sanciones van desde los 120.000 euros”, explican desde la asociación de tabaco y timbre de Madrid que agrupa a unos 500 de los 13.500 estanqueros que hay repartidos por toda España.
El sector vive atormentado desde que el Comisionado Nacional del Tabaco destapó en julio del año pasado a través de un estanco de Palma de Mallorca que las grandes tabaqueras pagaban a los estanqueros y empresas de vending por promocionar sus marcas en algunas de las 150.000 máquinas expendedoras de precio con recargo (PVR) instaladas en bares, hoteles y locales.
Tras meses de investigación, el supervisor, dependiente de Hacienda, sancionó hace un par de meses a los fabricantes de tabaco. Les impuso la multa máxima, de 300.000 euros. Estas grandes compañías —Altadis, Philip Morris, Japan Tobaco y British American Tobacco— colaboraron con el comisionado y aportaron “una gran cantidad de información” sobre sus actividades irregulares, según fuentes del regulador.
Desde entonces se han abierto unos 34 expedientes a estanqueros que cobraban de las tabaqueras, y se ha cortado una forma de financiación irregular del negocio de las máquinas expendedoras. Las empresas de vending, que controlan cientos de máquinas, han perdido una suculenta tajada del dinero que las tabaqueras destinaban a posicionar irregularmente sus marcas. Asociaciones afines han anunciado huelgas acusando a Hacienda del acoso del comisionado y del peligro que corren unos 2.000 estancos en España. Es el caso de la Asociación Profesional de Estanqueros de España (Apee) y de la Asociación Española de Puntos de Venta con Recargo (Aepvr) que acusan al comisionado de un cambio de interpretación por los últimos expedientes abiertos a los estanqueros.
Quejas de los estanqueros
Un estanquero de Algete, Madrid, es uno de los afectados por las sanciones impuestas por el comisionado por promocionar de forma irregular marcas en las máquina expendedoras.
Este estanquero gestiona de forma indirecta ocho máquinas por las que las tabaqueras le habían pagado unos 900 euros por el posicionamiento de sus marcas en 2013. Ha recibido una sanción por infracción grave y deberá pagar 120.000 euros al Comisionado Nacional de Tabaco.
El afectado considera que la cuantía de la sanción impuesta por el supervisor es desproporcionada, y podría “arruinarle la vida” y obligarle a cerrar su establecimiento.
La asociación de Madrid de expendedores de tabaco anunció que pedirá cambiar el real decreto que regula las sanciones. Creen que estas son desproporcionadas.
En realidad, las grandes tabaqueras simulaban con los estanqueros contratos de compra de información comercial para enmascarar los pagos por promoción irregular. La ley impide a los fabricantes hacer publicidad o actividades de posicionamiento en las máquinas expendedoras. Los estanqueros que pactaban con las tabaqueras ofrecían en las máquinas marcas de tabaco por encima de la cuota de mercado. Utilizaban los botones de selección de las cajetillas para esta actividad. Ofrecían más botones de una determinada marca o los destacaban reduciendo la oferta para el consumidor o induciendo al consumo de un determinado tabaco.
Las sanciones que establece la ley por esta práctica son muy elevadas, van desde los 120.000 euros a los 300.000 euros. Igualan las multas para los fabricantes y para los estanqueros. “Ellos no pueden influir en las máquinas y sin embargo se promocionaban. Les pagaban a los estanqueros por cosas que no eran información”, explican fuentes del comisionado. El comisionado ha abierto expedientes a estanqueros que han ganado más de 177.000 euros con esta práctica. La mayoría de los casos tenía alrededor de 100 máquinas e ingresaban una media de 100.000 euros al año. Muchos utilizaban empresas interpuestas. Pero también hay algún caso en el que tenía una decena de máquinas con las que apenas ganaban 6.000 euros con el dinero que les pagaban los fabricantes para la promoción y les ha caído una multa de 120.000 euros. Dos de estos casos, en la periferia de Madrid.
Alerta en el sector
Y al trascender ha puesto en alerta al sector porque quien más y quien menos alguna vez ha recibido algún dinero de las tabaqueras para promocionar las marcas.“Es un revuelo injustificado”, explican desde La unión de asociaciones de estanqueros de España, que representa a más del 60% del sector. “Las sanciones son las habituales. No hay una campaña contra el sector como se está filtrando”, asegura un portavoz que recuerda que el sector está muy regulado y que no hay vacíos legales.
Desde el Comisionado de Tabaco insisten en que la promoción en las máquinas de expendedoras de precio de venta regulado va en perjuicio de la sociedad y del sector. Va contra las normas de consumo, y la competencia, remachan. Explican que cuando un cliente llega a un bar a por tabaco se encuentra la marca que promociona y no la que consume y que el pequeño fabricante, además, nunca podrá entrar en las máquinas.
El fisco tiene un ojo sobre los grandes fabricantes
La Agencia Tributaria ha revisado las liquidaciones de los principales impuestos de las grandes tabaqueras. Algunas como Philip Morris o British Tobacco son filiales de otras sociedades radicadas en Suiza y Holanda respectivamente.
En principio, la estructura societaria es completamente legal y similar al que tienen algunas multinacionales tecnológicas para reducir su factura fiscal. Además, las cuatro grandes empresas del sector pagan sus impuestos en España e incluso tienen acuerdos legales de valoración de operaciones con la Agencia Tributaria.
Altadis, filial de la multinacional Imperial Tobacco “está siendo objeto de inspección tributaria por el Impuesto sobre Sociedades de los ejercicios 2009 a 2012, así como del IRPF y del IVA respecto al periodo comprendido entre los meses de marzo 2010 y diciembre de 2012”, según figura en sus últimas cuentas anuales depositadas ante el registro mercantil.
Por su parte, Japan Tobacco International Ibérica, filial de otra empresa en Holanda, tiene abiertas actuaciones inspectoras en el impuesto de sociedades que tiene recurridas. El fisco también revisó las liquidaciones de IVA. La empresa terminó pagando unos 3,2 millones como resultado de la inspección.
El informe de auditoría de Philip Morris, la empresa más poderosa del sector, contiene salvedades al no reflejar la compañía en sus cuentas anuales ni los sueldos, dietas y remuneraciones y otras garantías sobre planes de pensiones del personal de alta dirección y los miembros del órgano de administración.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.