México se protege ante la subida de tasas en Estados Unidos
La subida de tipos de Banxico y los recortes del gasto público buscan taponar la depreciación del peso y reactivar la economía
México ha reaccionado de manera inmediata al cambio de rumbo de la Reserva Federal (Fed). A la subida de 0.25% del precio del dinero en EE UU tras casi un década de barra libre, el Banco de México ha respondido con un alza de también de un cuarto de punto, para dejar su tasa en el 3,25%. Con el insistente ruido de fondo provocado por el desplome del precio del petróleo, México ha decidido levantar sus escudos protectores en un intento de taponar la deprecación del peso y frenar el efecto salida de flujos de capital en su camino de vuelta a EE UU.
El Gobierno lleva preparando la red de seguridad durante todo el 2015. A comienzos de año, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, anunció un drástico recorte del gasto público de 9.000 millones de dólares, equivalente al 0,7% del PIB. La medida se interpretó como una señal de firmeza ante el inicio de la cuesta abajo del precio del crudo, que aporta a las arcas públicas alrededor de una tercera parte del total de ingresos. El tijeretazo se centraba precisamente en la petrolera estatal, Pemex –que atraviesa por el peor bache de su historia estrangulada por la presión recaudatoria y una producción en declive–, el gasto corriente y los proyectos en infraestructura.
Ante la exuberancia petrolera de la OPEP y EE UU, el crudo ha continuado su caída libre. El barril de mezcla mexicana ha perdido casi un 70% en lo que va de año y México se ha apretado un botón más el cinturón. En los presupuestos de 2016 el hachazo ha sido de 13.100 dólares –un 5,8% menos que las cuentas del año anterior– y centrado esta vez en las secretarías de telecomunicaciones y trasportes.
Comprometido a reducir a la mitad el déficit público para el año que viene, el mapa el Ejecutivo contempla que un coste del barril de la mezcla mexicana de 50 dólares y un tipo de cambio 15,90 pesos por dólar estadounidense. Ambas variables están aún lejos. La mayor preocupación es impedir que profundice la depreciación del peso, que en sintonía con otras divisas de países emergentes ha caída en torno al 20% en lo que va de año.
El barril de crudo continúa su desplome y México se ha apretado un botón más el cinturón
Otros bancos centrales de economías latinoamericanas ya se habían anticipado al largamente esperado volantazo de la Fed. Chile o Brasil ya había subido tipos. Pero los analistas subrayan las diferencias con el caso mexicano. El gigante brasileño, sumido en una severa recesión, lleva meses activando su política monetaria para tratar de desinflamar sus altas tasas de inflación. “La subida de tipos en México es sin embargo una medida precautoria. Más centrada en no dejar escapar el tipo de cambio que en la inflación, que está por debajo del objetivo. Esperamos que el peso comience a recuperarse a partir del segundo trimestre el año que viene”, apunta Olaf Sandoval, analista económico de GBM.
“Como ya advirtió la Fed, este no es un movimiento único. Anticipamos tres o cuatro aumentos el año entrante, que acumulados sí afectan y traerían más consecuencias”, señaló el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, este viernes. La recuperación de la locomotora estadounidense empujará a la Reserva Federal a elevar los tipos al menos un punto más, lo que, según los analistas, tendrá su traslación en un aumento de medio punto en México. “El aumento no será simétrico porque en México ya está habiendo tasas reales positivas. Creemos que la inflación pasará del 2,2% actual al 3%, manteniéndose así en el objetivo fijado”, añade Sandoval.
La salida de capitales es otro de los riesgos a los que están más expuestas las economías latinoamericanas. Tras una década de dólar barato, los movimientos de capital están virando de nuevo hacia EE UU. “No estamos viendo salidas fuertes. México se está beneficiando de que está creciendo, aunque será por debajo de su potencial. Comparado con Brasil o Argentina, sigue siendo un buen lugar para invertir”, señala la directora de análisis económico del Banco Base Gabriella Siller.
México está creciendo en torno al 2,5%, lejos de la explosión cercana al 5% augurada por el Gobierno a su entrada hace tres años. Pese a funcionar a medio gas, supera a la media de sus competidores en la región, y los organismos internacionales alternan los piropos –equilibrio marcoeconómico y saneado sector financiero- con las advertencias -50% de la población sumida en la pobreza y una de las tasas de desigualdad más altas de Latinoamérica-.
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