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“Si es un paso hacia un empleo mejor, la precariedad no es mala”

La responsable europea de Empleo subraya que la situación precaria "no puede convertirse en la normalidad"

Ignacio Fariza
La comisaria europea de Empleo, Marianne Thyssen, en la sede de la Comisión Europea
La comisaria europea de Empleo, Marianne Thyssen, en la sede de la Comisión EuropeaF. LENOIR (REUTERS)

La cristianodemócrata belga Marianne Thyssen (Sint-Gillis-Waas, 1956) lleva media vida ligada a las instituciones comunitarias y al Partido Popular Europeo (PPE), a cuyo congreso acaba de asistir en Madrid. En noviembre, su compañero de partido y presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker le encomendó la cartera de Empleo en un momento de máxima divergencia entre las tasas de paro de los países del norte y del sur de la Unión.

Pregunta. En junio, el quinteto de presidentes de las instituciones europeas (Comisión, BCE, Consejo, Eurogrupo y Parlamento) estuvo a punto de comprometerse en la creación de un seguro de desempleo común para la eurozona, pero en el último momento la propuesta se cayó. ¿Por qué?

Respuesta. En aquel momento había un proyecto claro de la Comisión y luego el resto de los presidentes lanzaron muchas ideas a corto, medio y largo plazo. El seguro común de desempleo no entró en el documento final, pero sí está la idea de que en la unión económica y monetaria necesitamos un mecanismo que pueda amortiguar y absorber futuros shocks asimétricos. De todas formas, creo que hay otras urgencias más allá de este mecanismo. Ahora debemos centrarnos en la convergencia social. Antes de la crisis, la tendencia era a la convergencia, pero desde entonces ha sido al revés. Y esto no es bueno: significa más desigualdad y hace que las tensiones crezcan.

P. ¿Veremos, entonces, este seguro en 2017, como se dijo?

R. Honestamente, no lo sé. No puedo asegurarlo y ni siquiera creo que Juncker pueda hacerlo. Lo primero sería crear un fondo común para instrumentos como este, pero está claro que necesitamos un mecanismo que amortigüe las diferencias.

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P. Insiste en la convergencia, pero si algo hemos sacado en claro de la crisis es que las diferencias se han ensanchado. Los datos dicen que la desigualdad, tanto entre países como en cada sociedad, se ha disparado.

R. Es algo que tengo muy claro. De mi última reunión con Ángel Gurría [secretario general de la OCDE], una frase se me quedó especialmente grabada: la desigualdad impide el crecimiento. No es buena y tenemos que luchar contra ella.

P. ¿Cree que un ciudadano medio del sur siente que la UE está poniendo todos los medios contra el paro y la desigualdad?

R. Es posible que muchos no lo entiendan porque no conocen las estructuras, la forma de trabajo y la distribución de competencias entre los municipios, las regiones, los Estados y las instituciones europeas, pero lo que veo es que los muchos eurodiputados que conozco, y no solo del PPE, creen en lo que estamos haciendo. Suelo insistirles mucho en que distribuyan el mensaje porque no podemos ser los únicos que le digan a la gente lo importante que es Europa y el trabajo que estamos haciendo. Los ciudadanos creerán más en este proyecto cuando vean los resultados.

P. ¿Cómo ve la situación del empleo en España? Es el segundo país de Europa con más paro.

R. Ha mejorado mucho en los últimos dos años. Las cosas han cambiado y las cifras así lo muestran. Para mí es una gran satisfacción venir a España últimamente porque siempre hay buenas noticias: la economía crece, el desempleo cae y el empleo repunta. No puedo decir que toda la mejora se deba a las políticas europeas, pero parcialmente sí tienen que ver. Hay muchos mecanismos que se han puesto en funcionamiento y hay proyectos de inversión en marcha. Aun así, soy consciente de que aún hay muchas personas sin trabajo y tenemos mucho trabajo que hacer. Pero creo que las reformas han dado sus frutos y marcan el camino a seguir.

P. Es cierto que el empleo crece, pero los trabajos que se crean son de peor calidad y la temporalidad es la más alta desde 2008.

R. Somos conscientes de ello, no solo en el caso de España. Hay una segmentación en el mercado laboral entre empleados bien protegidos y personas en situación precaria. Mi visión es que la precariedad, si es temporal, como un paso hacia un trabajo mejor, está bien porque estas personas al menos tienen un puesto de trabajo. Sin embargo, esa situación precaria no puede convertirse en la normalidad.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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