La UE no descarta sanciones a los países con fraude en las emisiones
Bruselas atribuye a los Estados la responsabilidad de que sus laboratorios detecten el fraude
Las investigaciones sobre el escándalo Volkswagen suben de tono. Bruselas no descarta abrir procedimientos de infracción contra aquellos países donde se hayan llevado a cabo los controles fraudulentos de las emisiones de nitrógeno en los coches. Las autoridades, sin embargo, esperarán a tener la información detallada de cada país antes de tomar cualquier decisión, según las fuentes europeas consultadas. La Comisión Europea reconoce que conocía desde hace tiempo la existencia de artilugios capaces de manipular las emisiones de vehículos para reducir la contaminación durante las pruebas de laboratorio. "Por eso los prohibimos en 2007", se defiende el brazo ejecutivo de la Unión. La UE se lava las manos al respecto: atribuye a las autoridades nacionales el control de los laboratorios donde se efectúan dichas pruebas de contaminación.
"Corresponde a cada país multar a aquellas compañías que hayan instalado los software prohibidos", informa la Comisión, que en ningún caso aclara si durante los últimos ocho años ha vigilado o no la aplicación de esa normativa por parte de los propios Estados. "Los Estados son los que nos tienen que notificar cualquier anomalía", reiteran fuentes comunitarias. Hasta ahora no ha habido ninguna queja al respecto.
"Son los Estados los que tienen que asegurarse de cumplir con las reglas que les marca Bruselas, incluida la prohibición de software manipuladores", insiste la Comisión. Por eso, una vez se recopile la información de cada país —en unas tres semanas— Bruselas podrá tomar decisiones contra aquellos que hayan excedido los límites de polución establecidos.
Una semana después de que se destapara todo el escándalo de las emisiones de Volkswagen, la Comisión ha reconocido que los resultados obtenidos de los controles de laboratorio y los reales —que aún no se practican en territorio comunitario aunque están previstos para 2016— no coinciden. "Para los gases [de efecto invernadero] puede haber un desfase de hasta el 30%", sostienen las mismas fuentes. Bruselas no ha desvelado la divergencias relativas al nitrógeno, las fundamentales en el caso Volkswagen.
Bruselas sí reconoce las nefastas consecuencias de la farsa en los controles: "Las emisiones afectan a las salud de las personas y al medioambiente". Las emisiones de nitrógeno —relacionadas con hasta 400.000 muertes prematuras en la UE— están directamente relacionadas con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas, según los expertos.
Solo tres socios europeos —Francia, Italia y Alemania— han comenzado ya investigaciones para averiguar el calibre de la manipulación. Alemania ha reconocido este mismo viernes que hay 2,8 millones de vehículos Volkswagen que alteraron las mediciones de nitrógeno. Bruselas invita ahora a los demás países a que sigan el ejemplo de Berlín, París y Roma.
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