EE UU endurece los controles para detectar posibles fraudes de emisiones
El regulador medioambiental estadounidense ha remitido cartas a todos los fabricantes de coches anunciándoles que añade nuevas pruebas para controlar las emisiones
La agencia estadounidense de protección medioambiental (EPA) añadirá nuevos test para medir las emisiones para los vehículos diésel a raíz del escándalo de Volkswagen, que ha admitido que ha montado hasta 11 millones de motores en todo el mundo con el programa informático que falseaba los datos de polución, según informa Associated Press.
"Aumentamos nuestra exigencia", ha asegurado este viernes Christopher Grundler, director de la Oficina de Transporte y Calidad del Aire de la Agencia de Protección Ambiental.
El regulador estadounidense ha decidido añadir nuevas pruebas de medición de emisiones en rodaje en carretera después de Volkswagen haya amañado vehículos mediante soluciones tecnológicas para que pudieran pasar las pruebas en los laboratorios, pero que en condiciones de conducción normal en carretera emiten hasta 40 veces más el límite de contaminación, explicó la agencia AP, citando a Grundler.
La agencia medioambiental ha remitido este viernes una carta a los fabricantes de automóviles informándoles de que ha aumentado los procesos para analizar las emisiones. Grundler ha insistido en que las evaluaciones se están mejorando pero ha evitado precisar qué nuevas pruebas se van a realizar."Ellos no necesitan conocerlas", indicó Grundler, a los periodistas a través de una conferencia telefónica. "Ellos solo necesitan saber que vamos a mantener sus coches un poco más".
Grundler explicó que la agencia tiene capacidad para realizar pruebas en carretera, aunque solo lo han utilizado para comprobar estimaciones de kilometraje de fabricante de automóviles a gas y camiones diesel: Dos situaciones en las que en el pasado habían descubierto un engaño en las emisiones.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha iniciado una investigación criminal por el caso Volkswagen. La compañía ha insistido en que está cooperando con los reguladores. El escándalo ha empañado la reputación de la mayor compañía de automóviles del mundo y ha hundido sus acciones a los niveles más bajos en años.
Engaños pasados
El escándalo que afecta a Volkswagen no es el primero que está relacionado con el amaño de emisiones que afecta a la empresa con sede en Wolfsburg (Alemania). El 23 de julio de 1973, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos acusó al fabricante de automóviles de instalar dispositivos de desactivación en los coches que quería vender en el año modelo 1974. Volkswagen admitió que había vendido algunos coches con estos dispositivos, que básicamente consistía en unos sensores de temperatura que cortaban los controles de emisiones a bajas temperaturas.
General Motors acordó en 1995 pagar 45 millones de dólares tras ser acusado de eludir los controles de contaminación en casi medio millón de Cadillac de lujo. Los motores V-8 de estos coches estaban sintonizados para desactivar los controles de contaminación cuando el aire acondicionado funcionaba, indicó la EPA en aquel momento.
Además, el caso actual de Volkswagen se asemeja a uno de 1998 en el que participaron siete fabricantes de motores de camiones pesados: Oruga Inc., Cummins Inc., Detroit Diesel Corp., Mack Trucks Inc., Navistar International Transportation., Renault Vehículos Industriales, y Volvo Truck.
Las compañías acordaron pagar más de 1.000 millones de dólares, incluyendo 83,4 millones en multas, para resolver el caso. Lo que fue en aquel momento, la mayor multa civil por violar una ley ambiental.
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