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Bruselas pide a España otra ronda de moderación salarial

Mercado laboral, déficit, banca y reformas pendientes son los cuatro retos pendientes

Claudi Pérez
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, en una rueda de prensa celebrada en Bruselas.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, en una rueda de prensa celebrada en Bruselas.EMMANUEL DUNAND (AFP)

Mercado laboral, déficit, banca y reformas pendientes. Son los cuatro agujeros que debe tapiar España para reforzar la salida de la crisis. La economía española no está ya entre las más torpes, pero Madrid tiene deberes por hacer: ha acometido una dolorosa devaluación interna, con rebajas de precios y salarios para recuperar la competitividad perdida, y aun así lo ideal sería aplicar otra ronda de esa medicina. Con los agentes sociales en plena negociación, Bruselas aconseja que los sueldos crezcan por debajo de la productividad, en la línea ortodoxa de siempre.

A vueltas con el déficit y las regiones

  • España presenta serios riesgos de incumplir las metas de déficit: la Comisión cree que el agujero se irá al 4,5% del PIB en 2015 y al 3,5% en 2016, por encima de los objetivos.
  • Bruselas critica que el Gobierno tiene previsto aplicar, en año electoral, "un esfuerzo fiscal menor que el recomendado", y propone medidas adicionales en 2015 y 2016.
  • Madrid debe "fortalecer la rendición de cuentas de las finanzas públicas regionales" y "racionalizar el gasto farmacéutico", según las recomendaciones.

La palabra reforma, tan querida en Bruselas, es poco fiable: un cajón de sastre en el que cabe de todo, desde medidas estructurales a recortes disfrazados de otra cosa, ahora que la austeridad va perdiendo adeptos. La Comisión Europea lanzó este miércoles sus recomendaciones específicas por países, una serie de consejos que no sigue prácticamente nadie —la propia Comisión admite que solo el 10% se cumplen— y que se traducen casi siempre en las inevitables reformas para cuadrar el círculo: “Generar empleos y crecimiento manteniendo unas finanzas públicas solventes”. Para España, ese ejercicio se traduce en una batería de medidas concentradas en cuatro flancos: mercado de trabajo, sistema financiero, finanzas públicas y reformas en el sector servicios.

La recomendación sobre el mercado de trabajo contiene el habitual lenguaje diplomático de estas ocasiones, pero también un aguijón inesperado. La Comisión aconseja “promover el alineamiento de los salarios y la productividad, de acuerdo con los agentes sociales y teniendo en cuenta las prácticas nacionales y las divergencias entre regiones, sectores y empresas”. En la exposición de motivos, sin embargo, no se anda con rodeos: apunta que, en el corto plazo, los sueldos “tendrían que crecer por debajo de la productividad”, a pesar de las caídas acumuladas en el último lustro. Bruselas aconseja rehuir la negociación colectiva y alinear los salarios con los diferenciales de productividad de cada empresa. Y, de pasada, lanza críticas a la última reforma laboral, que “no se ha usado en todo su potencial” en los nuevos tipos de contratos para jóvenes sin formación.

Bruselas pide que el Gobierno se asegure de cumplir las metas de déficit con un mayor control de las comunidades

Hace meses que España no es el principal foco de preocupación en Bruselas. La Comisión aprovechó ayer ese ejercicio previsto en el Semestre Europeo —un conjunto de reglas para coordinar las políticas económicas— para dar serios avisos a varios países. Con España, básicamente, pasó de largo. Pero dejó tres advertencias. Finlandia, máximo estilete de la ortodoxia fiscal, está a punto de recibir un expediente por déficit excesivo. El Reino Unido del flamante primer ministro David Cameron recibe un aviso para rebajar su déficit público en el año fiscal 2017-2017. Y hay incluso un rejón para Alemania, cuyo superávit comercial se acerca al 8% del PIB, que debería “invertir más en infraestructuras y educación” para reducir ese desequilibrio, según el comisario Pierre Moscovici.

En el caso de España, las recomendaciones son más suaves que otras veces. Bruselas pide que el Gobierno se asegure de cumplir las metas de déficit con un mayor control de las comunidades. Reclama completar la reforma de las cajas. Y reivindica, por enésima vez, que Madrid “elimine barreras y regulaciones en el ámbito empresarial, adopte la reforma de los servicios profesionales, y acelere la ley del mercado único”. Bruselas critica que no se hayan liberalizado las profesiones reguladas, que no se resuelva el déficit de tarifa eléctrico: que no se acometan, en fin, las verdaderas reformas de oferta.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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