Moody’s rebaja la deuda de Rusia a bono basura
La agencia de calificación considera la prespectiva del país "negativa"
La agencia de calificación Moody’s anunció anoche que rebaja la calificación crediticia de la deuda soberana de Rusia desde Baa3 a Ba1. De este modo, queda degradada al primer escalón de los considerados bonos basura, inversiones de alto riesgo recomendadas solo para inversores especuladores. La agencia toma esta decisión por el recrudecimiento del conflicto con Ucrania, la bajada del precio del petróleo, la degradación continuada del rublo y de las reservas de capital, según el informe de la firma. Además, le pone perspectiva "negativa".
"Se espera que Rusia experimente una profunda recesión en 2015 y una contracción continuada en 2016. Es probable que el descenso de la confianza limite la demanda interna y agrave la falta de inversión ya crónica de la economía rusa", justifica Moody.
La agencia puso los bonos del país bajo revisión el pasado enero. Ahora, tras rebajar su calificación, explica tres motivos básicos. Para empezar, señala que "la continua crisis en Ucrania y los recientes shocks en los precios del petróleo y los tipos de cambio socavará aún más las perspectivas de crecimiento de la economía de Rusia con fuerza a medio plazo, a pesar de las medidas de política fiscal y monetaria". Añade también que la fortaleza financiera del gobierno "disminuirá como resultado de las presiones fiscales y la continua erosión de las reservas de divisas de Rusia, a la luz de las salidas de capital en curso y del acceso restringido a los mercados internacionales de capital". Además, cree que aumenta el riesgo de que "la respuesta internacional" al conflicto militar en Ucrania desencadene una decisión de las autoridades rusas que socave directamente o indirectamente pago de deuda externa.
Sobre la perspectiva, que considera "negativa", Moody's señala que refleja la posibilidad de que se agraven las crisis políticas o económicas que surjan, "relacionados tanto con el conflicto militar en Ucrania como con un nuevo descenso de los precios del petróleo, lo que perjudicaría aún más las finanzas públicas y externas de Rusia".
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