¿Está segura mi empresa?
Analicemos bien los riesgos a los que enfrenta nuestro negocio
El incendio y destrucción de la factoría de Campofrío en Burgos ha puesto en evidencia como cualquier tipo de negocio es vulnerable a hechos poco probables, como que un fuego fortuito acabe con una fábrica llevando a un grave problema económico a la empresa –caída de producción, capacidad de hacer frente a los pedidos,…- y a sus trabajadores, con la pérdida del puesto de trabajo.
Desafortunadamente esto es más común de lo que pensamos. De hecho, todas las semanas tenemos catástrofes como esta en muchas empresas, pero que pasan más desapercibidas al ser de menor magnitud. También son muy comunes los problemas que pueden suceder por circunstancias meteorológicas como inundaciones o como sucedió hace apenas unos meses por los efectos de las mareas sobre decenas de negocios en el norte de España. Pero no sólo pensemos en el efecto directo. Volvamos al caso de Campofrio. Más allá del gran reto para la propia empresa, de volver a construir su fábrica y dar trabajo estable a todos sus empleados, muchos negocios se han visto afectados por la vía indirecta, desde el que suministra la materia prima hasta el que transporta el producto final. ¿Y si en lugar de perder el cliente por circunstancias ajenas como este incendio se hubiera producido por una decisión de la empresa de prescindir de sus servicios? En este caso tendríamos el mismo riesgo, pero distintas causas, que llevan a también diferentes soluciones.
Planificar unas finanzas de crisis
La primera planificación que tiene que tener la empresa es financiera buscando la viabilidad de su negocio en el largo plazo solventando los obstáculos que puedan amenazarlo en el corto plazo. Para ello, debe mantener en la medida de lo posible un flujo creciente de ingresos por la prestación de servicios o compraventa de productos y procurar no tener descensos continuos que amenacen la supervivencia de la empresa.
Uno de los puntos más importantes, especialmente para pequeñas y medianas empresas y autónomos, está en diversificar, conseguir el mayor número de clientes. Con ello, conseguiremos disminuir riesgos tan importantes para la tesorería y crecimiento de la empresa como retrasos en los pagos, insolvencias o en el caso más extremo pérdida del cliente. Si la mayoría de nuestra facturación depende sólo de un cliente, sus problemas financieros se trasladarán rápidamente a nuestro negocio, si tenemos por ejemplo diez clientes, repartiendo el 10% de facturación entre todos, será más fácil solventar estas dificultades.
A veces esto no es posible, o si el problema no es de una empresa en particular sino económico en general y afecta a muchas ellas ¿Qué podemos hacer? Lo ideal, de nuevo es tener algunos recursos propios –provisiones, reservas,…- que nos permitan hacer frente financieramente a las mismas. Si no los tuviéramos, habría que recurrir a la financiación ajena, costosa y en estos años complicada de recibir. Tener la posibilidad de una línea de crédito o de financiación en el corto plazo para solventar problemas puntuales es fundamental para poder continuar la marcha de nuestro negocio.
Seguros para las circunstancias extraordinarias
El seguro es la herramienta fundamental para la cobertura de circunstancias extraordinarias ajenas a la marcha económica del negocio. Con una pequeña prima, tendremos grandes coberturas en caso de imprevistos de importante calado. ¿Qué seguros interesa tener como negocio? Dependerá mucho del campo económico en el que nos movamos:
Si tenemos un comercio será esencial tener un seguro completo de comercio que no sólo cubra el incendio, sino todo tipo de coberturas esenciales para nuestra actividad: cerraduras, roturas de luna, daños por agua… mientras que un profesional autónomo, lo tendrá en la mayoría de los casos cubiertos con el seguro del hogar donde tenga su despacho.
Si se viaja mucho, los seguros de coche deben ser lo más completos posibles, cubriendo no sólo reparaciones sino sustitución de vehículo que nos permita continuar con la actividad comercial. Para desplazamientos en otros medios, especialmente en avión, el seguro de viaje que permite cancelaciones y cubre circunstancias como pérdidas de conexiones, es fundamental.
Si nuestra actividad puede llevar a daños a terceros, el seguro de responsabilidad civil es obligatorio. Pensemos no sólo en médicos, abogados o asesores de finanzas sino también en negocios de construcción, arquitectos….
En definitiva, analicemos bien los riesgos a los que nos podemos enfrentar y gastemos el dinero necesario para intentar que condicionen lo menos posible a nuestro negocio.
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