El vértigo de otro parque temático

A unos 10 kilómetros del centro de Alhama de Murcia hay unos terrenos de 133 hectáreas junto a la autovía que lleva a Cartagena. Es un enorme espacio de tierra seca, salvo por algún que otro arbolito lleno de obstinados pomelos, en el que el constructor Jesús Samper, imputado en una trama de corrupción urbanística, dice que empezará a levantar en enero un parque temático que llevará la marca Paramount y costará 206 millones de euros. Samper desgrana con entusiasmo detalles y presupuestos. Dice que todo está casi listo. Y esgrime una subvención pública de 16,2 millones. En contra de lo que afirmó hace unas semanas el constructor, el dinero no procede de fondos europeos, sino de los Presupuestos Generales del Estado, que sufragarán el 8% de la edificación. Aún no se ha pagado nada. Las cantidades se entregarán a medida que la empresa certifique el avance de las obras.

El constructor, imputado en un caso urbanístico, busca inversores

La empresa promotora, Premursa, ya ha elaborado maquetas y recorridos virtuales de un proyecto que incluye hoteles, casino, centro comercial y parque acuático. El parque está presupuestado en 206 millones y el resto del complejo costará otros 100 millones. Samper, presidente de la empresa —posee el 99,5%; el otro 0,5% se lo reparten el Instituto de Turismo y el de Fomento de Murcia, a cambio de 200.000 euros—, dice que conseguirá el dinero de fondos de inversión y gracias a créditos.

La iniciativa retrotrae al modelo de construcción y promesas turísticas que imperó hasta justo antes de la crisis y dejó a su paso un buen número de cadáveres urbanísticos. Tras aquello, ¿hay negocio para un quinto parque temático en España? Los precedentes parecen indicar que no. A solo hora y media de coche, Terra Mítica, que costó 425 millones, después de tragarse ingentes cantidades de dinero público, pelea por evitar el cierre, en manos ahora de un inversor francés.

De momento, en el solar que debe acoger las instalaciones de la Paramount, a la espera de los últimos trámites municipales, solo hay una hilera de astas sin banderitas instaladas en 2012 para la ceremonia de colocación de la primera piedra. En Alhama se extiende un palpable escepticismo entre los vecinos. “Ojalá hicieran algo que diera empleo, pero esto no me lo creo”, dice Rafael Díaz en su establecimiento de la calle de Feria. “Luego nos toca pagarlo a todos”. Tampoco se lo cree Francisco Javier Fernández: “Eso es para engañar inversores”.

Un escepticismo palpable se extiende entre los vecinos de Alhama

Fernández y Díaz recuerdan otros proyectos que nunca fueron lo prometido, como el aeropuerto de Corvera, construido en 2012 por unos 200 millones y cerrado por un litigio entre el Gobierno murciano y la concesionaria. El Ejecutivo regional sigue pagando los intereses del aval prestado. También les viene a la cabeza Polaris, que iba a ser una enorme urbanización de 15.000 viviendas y al final se quedó en una cuarta parte, tras costar a las cajas valencianas y al Banco Popular 1.700 millones. Polaris se puede ver desde los terrenos del futuro centro de ocio, al otro lado de la carretera. “Tengo claro que el parque no se va a hacer, pero ya está bien de que nos sigan tomando el pelo con lo mismo”, dice Rubén Vives, de Ecologistas en Acción. Vives habla de “especulación”, de un esquema de desarrollo repetido hasta la saciedad.

Incluso al alcalde, Alfonso Fernando Cerón, del PP, que respalda el plan y espera que suponga un gran impulso para este municipio de 21.000 habitantes, se le escapan dudas: “El Ayuntamiento apoya cualquier proyecto que pueda suponer riqueza y puestos de trabajo; otra cosa es que luego cuaje o no cuaje”.

Los ecologistas critican que el 20% se levantará en zona protegida

Samper no se cansa de insistir en las bondades de su plan —el parque creará 648 empleos directos— y en su viabilidad. Asegura que ya ha desembolsado 37,3 millones en capital social para constituir la empresa y “otros cinco o seis millones en actividades iniciales”. Además, dice que se ha reunido con fondos de inversión para pedirles entre 80 y 100 millones. Como carta de presentación, les contó que la Comisión Europea respalda su iniciativa a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). En realidad, esa subvención solo la avala el Gobierno español.

Samper señala en conversación telefónica que defendió que eran fondos del Feder por confusión, pero quita hierro a la procedencia. “La subvención está aprobada”, recuerda. El empresario está imputado en el caso Umbra, una trama de corrupción urbanística en torno a los convenios que el Ayuntamiento de Murcia firmó con varios propietarios en la zona norte de la ciudad. “Eso no tiene trascendencia para el parque y, además, espero que levanten mi imputación”, responde. Samper es también presidente del Real Murcia, un club de fútbol en concurso de acreedores cuyas deudas con Hacienda superan los 11 millones. “En el Murcia hay problemas de tesorería, cierto, pero tampoco afecta al parque”, insiste. “Los fondos de inversión saben separar las cosas; no va a afectar a la búsqueda de dinero”, zanja.

La fracasada urbanización de Polaris se divisa desde los terrenos

Aún quedaría, en todo caso, otro obstáculo, pues los ecologistas han denunciado el proyecto porque un 20% entra en la zona natural protegida de Carrascoy-El Valle. “Si está protegido, no es urbanizable ni un poco ni mucho”, resalta Rubén Vives frente a los argumentos del Ayuntamiento de Alhama, que defiende que solo irán allí “usos compatibles”, por ejemplo, aparcamientos y zonas verdes, porque se trata de una zona de “respeto” del área natural.

El alcalde señala todo ello en un plano del municipio sobre la mesa de su despacho. También marca Polaris y los terrenos de otros cuatro proyectos de resort con miles de nuevas viviendas. Uno de ellos está en concurso de acreedores; los otros, cree Cerón, quizá tienen una oportunidad si el Parque Paramount sale adelante. “Esto va a ser el motor para el que resto empiece a tirar”, remata.