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El G-5 insta a Europa a luchar contra la planificación fiscal de las empresas

Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia reafirman su voluntad de combatir la evasión El ministro francés exige poner fin a las prácticas de refacturación interna de las multinacionales

Guindos, Osborne, Sapin, Padoan y Schäuble, durante la reunión celebrada en Bercy.
Guindos, Osborne, Sapin, Padoan y Schäuble, durante la reunión celebrada en Bercy.CHARLES PLATIAU (REUTERS)

Los cinco ministros de Economía y Finanzas del bloque denominado G-5 (Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia) se han reunido este lunes en París para escenificar los avances en la lucha contra el fraude fiscal en Europa y lanzar un triple mensaje: que la ingeniería legal de las multinacionales será revisada para evitar que eludan pagar impuestos en los países donde realizan su comercio; que, ante la urgencia generalizada por cuadrar las cuentas públicas, ningún estado puede permitirse el lujo de una Hacienda famélica por falta de ingresos; y que ninguna iniciativa en ese sentido triunfará en una Europa desunida: agrupémonos todos —les ha faltado decir— en la lucha contra la evasión fiscal.

No había ningún gran anuncio previsto tras la reunión celebrada en Bercy —el complejo ministerial que alberga los ministerios franceses de Finanzas y Presupuesto y de Economía e Industria—. Pero todos los ministros presentes han querido sacar pecho para enfatizar los avances realizados con vistas a la que será la próxima gran cita contra el fraude: el foro mundial contra la transparencia y el intercambio de datos fiscales, que tendrá lugar en Berlín en octubre.

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Los cinco países representados tienen motivos de sobra para combatir el fraude, sus consecuencias y la alarma social que genera: en Alemania, hace meses se supo que el tesorero del partido gobernante escondía su dinero en Luxemburgo, Bahamas y Panamá; en España, el Gobierno se ha negado a difundir la llamada lista Falciani, que incluye nombres de supuestos evasores de impuestos, y sigue sin llevar a cabo la esperada reforma de la Ley General Tributaria; en Italia, la fiscalía pedía hace poco el indulto de dos acusados de evasión fiscal en Luxemburgo —fundadores de Dolce & Gabbana— enarbolando "el principio sagrado de la libre circulación de capitales del mercado"; en Reino Unido, que engloba territorios de amplia y heterodoxa receptividad fiscal, el ministro de Economía, George Osborne, intenta que los evasores de impuestos sean condenados a penas de cárcel. Y Francia, que ha criticado en numerosas ocasiones la política fiscal de las multinacionales, tuvo hasta 2013 un ministro de Hacienda, Jérôme Cahuzac, que dimitió —forzosamente— tras saberse que había ocultado dinero en Suiza.

Los avances registrados hasta ahora en la UE, bajo la presión de la OCDE, el G-20 y EE UU, conciernen al acuerdo de marzo sobre el intercambio de información fiscal acerca de los depósitos bancarios, una iniciativa que estuvo seis años bloqueada por Luxemburgo y Austria. Aunque los países de la Unión tienen hasta finales de 2015 para incorporar a sus leyes la revisión de la directiva para evitar paraísos fiscales o territorios opacos en el seno del continente, queda por saber si la negociación con Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Andorra y San Marino hará que estos países asuman los estándares de transparencia propuestos.

Este lunes, Michel Sapin, el ministro francés de Finanzas, se ha felicitado por el desbloqueo de la directiva y ha apelado a los centros financieros de todo el mundo a sumarse a "los 39 países y territorios que se han comprometido a activar el intercambio automático de datos fiscales y bancarios a partir de 2017, para los datos recogidos a partir del 31 de diciembre de 2015". Al mismo tiempo, ha advertido: "Manejamos un lista negra de países que no cooperan, con los cuales seremos educados pero firmes".

Refacturación interna

Sapin se ha referido en particular a la economía digital, un sector cuyas multinacionales "deben pagar su justa contribución en los países donde operan". Para el ministro galo, "las estrategias como la refacturación interna en el seno de un grupo [la asignación contable de ingresos a una u otra sede nacional en función del marco impositivo más favorable] debe cesar. Es la actividad real de una compañía la que debe estar sujeta al pago de impuestos". De ahí que haya abogado por la lucha contra la "competencia desleal" que suponen, para las empresas de un país —léase Francia—, las estrategias de elusión fiscal al alcance de las multinacionales.

George Osborne ha mantenido que "las normas impositivas fueron escritas hace cien años, y es hora de actualizarlas". Su gobierno, ha dicho, "quiere reducir los impuestos, pero quiere recaudarlos".

Impuestos, más necesarios que nunca

En un plano puramente político, su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, ha reconocido que los gestores públicos no pueden aspirar a lograr el apoyo de su electorado si éste no percibe que "[todos los contribuyentes] pagan los impuestos debidos". Y el ministro italiano, Pier Carlo Padoan, ha recordado por su parte que, en un escenario de crisis, los impuestos son más necesarios que nunca "para invertir los ingresos derivados en crecimiento y en la creación de empleo".

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, ha compartido las opiniones expresadas por sus homólogos europeos y ha recordado la importancia de las iniciativas de la OCDE para "luchar contra la erosión de las bases impositivas".

El anfitrión de la reunión del G5, Michel Sapin, apeló finalmente a Suiza a "sumarse a la transparencia" bancaria y dijo que la legislación europea debe conciliar el principio de libre competencia con las medidas para contrarrestar "la optimización fiscal agresiva" de las empresas.

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