Telefónica advierte del riesgo de devaluación en Argentina y Venezuela
El grupo también alerta sobre los límites de rentabilidad impuestos por Caracas
El riesgo cambiario en Argentina y Venezuela preocupa a los responsables financieros de Telefónica. Ese riesgo es el "desafío más importante" para la compañía en Latinoamérica, según explica la empresa en el informe anual registrado ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos, la SEC, por sus siglas en inglés. La compañía advierte en dicho documento sobre "el impacto negativo que una depreciación de sus monedas mayor que la esperada podría tener sobre los flujos de caja procedentes de ambos países".
La advertencia de Telefónica figura en el apartado de riesgos del informe anual. En ese punto, las compañías suelen ponerse en lo peor y advertir de cualquier riesgo potencial, lo cual es a su vez una forma de cubrirse ante posibles demandas por no haber facilitado toda la información adecuada. Pero en este caso, el riesgo es más que potencial. Telefónica ha sufrido ya un impacto de unos 4.600 millones de euros en sus cuentas en los últimos cuatro años por las sucesivas devaluaciones del bolívar venezolano y la acelerada depreciación del peso argentino merma también los ingresos del grupo al convertirlos a euros.
En general, Telefónica subraya la solidez de las economías de la región y apunta algunos riesgos, como la subida de los tipos de interés a largo plazo en Estados Unidos y el frenazo en el crecimiento en Asia, una región clave para Latinoamérica. pero vuelve a la carga contra los dos países citados: "Los factores de riesgo macroeconómico internos más significativos en la región serían las altísimas tasas de inflación en Venezuela y Argentina que podrían conducir a un estancamiento económico en estos países, la delicada situación de las finanzas públicas de Venezuela, y el deterioro de las cuentas externas de países como Argentina, Brasil, Chile y Perú, aunque con muy diferentes perspectivas de financiación para los tres últimos (favorable) que el para el primero", indica Telefónica.
Controles cambiarios y de precios
Telefónica hace un repaso de los factores que definen el riesgo-país. Y de nuevo se refiere a Argentina y Venezuela al hablar de los regímenes cambiarios. Telefónica señala el riesgo de bruscas fluctuaciones en los tipos de cambio debidas principalmente a situaciones de altos niveles de inflación y déficit gemelos (en las finanzas públicas y el sector exterior) con la sobrevaloración del tipo de cambio resultante. "Este movimiento podría conducir a una fuerte depreciación del tipo de cambio en el contexto de un régimen de tipo de cambio flotante, a una devaluación significativa al abandonar los regímenes de tipos de cambio fijos, o a la introducción de diversos grados de restricciones al movimiento de capitales", añade, antes de citar como ejemplo el régimen cambiario venezolano. Y añade: "La adquisición de divisas por empresas venezolanas o argentinos (en algunos casos) para pagar la deuda externa o dividendos está sujeta a la autorización previa de las autoridades competentes".
Entre los riesgos, está también la introducción de límites máximos de márgenes de beneficio para limitar los precios de bienes y servicios a través del análisis de las estructuras de costes. Y de nuevo, ese riesgo es ya más bien realuidad. "Así, en Venezuela, se ha introducido un margen de beneficio máximo que será fijado anualmente por la Superintendencia para la defensa de los derechos socio-económicos", indica Telefónica.
la compañía señala que la ley Habilitante de Venezuela confiere plenos poderes al presidente, Nicolás Maduro, para aplicar medidas de control de precios, "y por lo tanto es de esperar que no será posible elevar las tarifas minoristas de Movistar en línea con la alta inflación de Venezuela", indica Telefónica, que añade que en relación con las tarifas de interconexión con el operador nacional de referencia, se han reducido un 6% en comparación con las tasas anteriores.
En Venezuela, además, la hiperinflación está provocando que la compañía tenga que ajustar también sus cuentas operativas. En los ingresos, ese impacto fue de 231 millones en 2012 y de 556 millones en 2013 y en el resultado de explotación, de 78 y 206 millones, respectivamente. Esas distorsiones han llevado a la compañía a excluir la filial en Venezuela a la hora de fijar los objetivos para este año pese a que, sobre el papel, es la tercera filial de Latinoamérica que genera más ingresos para el grupo.
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