Cepsa recorta un 7% el beneficio en 2013 por menor demanda y márgenes de refino

La petrolera Cepsa obtuvo un beneficio neto de 533 millones de euros en 2013, lo que supone un descenso del 7% respecto a 2012. El último ejercicio ha sido marcado por el descenso en los precios del crudo, una menor demanda nacional de combustible y carburantes, la nueva regulación sobre los precios de la energía y los bajos márgenes de refino.

Este beneficio se calcula teniendo en cuenta la variación de inventarios a coste medio unitario. Si se considera el beneficio ajustado, las ganancias caen un 33%, hasta los 370 millones de euros. Las ventas en el oleoducto colombiano de Ocensa y del 5% de CLH procuraron unas plusvalías de 260 millones, pero excluidos estos resultados no recurrentes, la disminución del resultado habría sido del 52%.

El 66% del beneficio neto procedió de las actividades fuera de España, principalmente de las áreas de exploración y producción, petroquímica y exportaciones de combustibles. Estos resultados se producen después de que la facturación anual se redujese un 4,3%, hasta 27.583 millones de euros. Las inversiones del ejercicio ascendieron a los 926 millones, 192 millones más que en 2012, y de ellas un 42% se destinó a exploración y producción.

Cepsa señala que las desinversiones de participaciones financieras, unidas a una reducción de 660 millones de euros del capital circulante, permitieron cerrar el ejercicio con un alto nivel de liquidez. La deuda financiera neta se redujo hasta los 825 millones de euros, con un ratio de endeudamiento sobre fondos propios del 11,5%.

Dentro del área de exploración y producción, el resultado neto ajustado ascendió a 159,5 millones de euros, un 16% menos que en el ejercicio anterior. La producción participada alcanzó los 88.000 barriles diarios, un 16% menos. En refino y comercialización se registró un beneficio neto ajustado de 77,6 millones de euros, inferior en un 63% a los 211,1 millones del 2012. Los márgenes de refino se mantuvieron en niveles bajos durante todo el año y se situaron en una media de 3,2 dólares por barril, una caída del 30% frente a los registrados en el año anterior. Esta reducción de márgenes, unida a la debilidad de la demanda interna, que se contrajo un 3,8%, provocó una disminución del crudo procesado y de la producción de las refinerías del 7% con respecto al año anterior.