Enel congela la inversión en Endesa y reclama estabilidad regulatoria
Fulvio Conti: “Estamos dispuestos a discutir con todos los gobiernos, incluido el de España” El grupo italiano considera insuficiente la ampliación de un mes para la fijación de la tarifa
Enel congelará las inversiones en su filial Endesa en 2014 en 600 millones de euros y las limitará a las que considere “obligatorias”, según explicó este miércoles a los analistas el consejero delegado del grupo, Fulvio Conti. Para el periodo 2014-2018 las inversiones se cifran en 4.000 millones, lo que supone 300 millones menos que las previstas para el quinquenio 2013-2017. Es decir, se centrarán en el mantenimiento y en las instalaciones rentables y se reducirán en las instalaciones consideradas marginales o menos eficientes con excepción de las de carbón, que el grupo quiere priorizar.
El primer ejecutivo del grupo italiano, en ese sentido, recordó que el impacto negativo que ha tenido en la cuenta de resultados la reforma eléctrica española sobre el sector en los dos últimos ejercicios asciende a 1.300 millones anuales que la gestión de la filial ibérica consiguió reducir en 700 millones. Sin embargo, fue políticamente correcto con el Gobierno español y no quiso atribuir la reducción de las inversiones a la nueva reglamentación. Se limitó a subrayar, y no sin cierta ironía, que “la estabilidad regulatoria es un valor para los ciudadanos porque es el elemento más importante para mantener los negocios, y por eso estamos dispuestos a negociar con todos los Gobiernos, incluido el de España”.
Las inversiones, destinadas a España y Portugal, representaron el 10% del total del grupo (casi 6.000 millones). Para el periodo 2014-2018 las inversiones se cifran en 4.000 millones, lo que supone 300 millones menos que las previstas para el quinquenio 2013-2017, y el 15% de lo que el grupo prevé para ese periodo a nivel mundial (25.700 millones). La decisión coincide con la de Iberdrola, que etse año intervtirá 700 millones en España y prevé 1.500 para el trienio 2014-2016 sobre un total de 9.600 (el 14%).
Estas empresas y el resto del sector español han lamentado en reiteradas ocasiones que el departamento que dirige José Manuel Soria no atendía sus peticiones. Sin embargo, según Conti y los responsables de Endesa (su presidente, Borja Prado, y su consejero delegado, Andrea Brentan), presentes en el acto, las relaciones actuales con el Ministerio de Industria habían mejorado en los últimos tiempos. En ese contexto se puede incluir la ampliación en un mes del plazo para poner en marcha el nuevo mecanismo de fijación de la tarifa eléctrica, de la que Brentan subrayó: “Duplica el tiempo de un mes a dos; pero sigue siendo insuficiente, además tendría que simplificarse, y nos consta que se está considerando”. Precisamente, el grupo, que cuenta con 61 millones de clientes, tiene 39 millones de ellos con contadores digitales, lo que le da también una ventaja competitiva importante en este asunto.
Aunque Conti, que compareció primero ante los analistas y después en una conferencia de prensa para presentar los resultados de 2013 y el plan estratégico 2014-2018, destacó a Endesa “como uno de los pilares del grupo y una plataforma esencial”, reseñó que las prioridades en materia de inversiones responden “al nuevo paradigma de negocios” y, principalmente, se enfocan hacia los países emergentes y a las nuevas tecnologías.
Apuesta por América Latina
Precisamente, mientras en la península ibérica las inversiones se meten en la nevera, en Latinoamérica (Chile, Argentina, Colombia, Perú y Brasil), irán al alza, alcanzando los 1.400 millones este año y elevándose a 1.500 en 2016. Esas inversiones estarán sujetas a la evolución de la rentabilidad en la generación y comercialización, donde persigue el aumento de la capacidad instalada, sobre todo en Chile y Colombia; el incremento de la eficacia y el lanzamiento de nuevos negocios, principalmente aprovechando las oportunidades que se presenten en gas.
Las otras prioridades del grupo persiguen generar mayor flujo de caja, reducir la deuda, optimizar la cartera de activos y reorganizar el grupo mediante operaciones de compras minoritarias. En ese sentido, prevé un plan de ahorros que se ejecutará mediante la reducción de personal (principalmente por jubilaciones), la reorganización del grupo, el cierre de capacidad en algunas centrales marginales y de los costes de servicios externos.
El grupo italiano obtuvo un resultado de 3.235 millones, un salto importante sobre los 238 millones de 2012
Asimismo, prevé continuar con el desapalancamiento, que ha pasado de 55.800 a 39.900 millones desde 2007. En cuanto a la venta de activos, la intención es desinvertir por valor de 6.000 millones, de los que ya se ha desprendido de sus participaciones por valor de 1.600 millones (principalmente en Rusia). El objetivo es ingresar otros 4.400 millones en el presente ejercicio. Según Conti, el grupo no tiene previsto vender ningún activo en España, así como tampoco retirar Endesa de la Bolsa, donde aún un 8% del capital está en manos de minoritarios.
El crecimiento previsto en los mercados emergentes y en las energías renovables, en las que Enel presume de ser el principal productor mundial con 8.900 megavatios en 16 países, permite al grupo aventurar un crecimiento del 50% en 2018 sobre 2013, especialmente en países emergentes.
El plan estratégico estima que Endesa obtendrá un ebitda (resultados brutos) de 2.800 millones frente a los 3.277 de 2013 (es decir, un descenso del 14%). Con Latinoamérica se eleva a 6.400 millones frente a 6.700 del año anterior. Esa cifra aumentará a 7.500 en 2016, punto de inflexión que mercan para volver a crecer. Del total, 3.300 corresponde a la península ibérica. El año pasado, Endesa tuvo un beneficio de 1.879 millones (descenso del 8%) y un ebitda de 3.253 millones, lo que supone una reducción del 18,7% de 2012, que fue de 4.003 millones. En Latinoamérica, mientras tanto, creció el 19% hasta 3.493 millones.
El grupo italiano, por su parte, obtuvo un resultado neto de 3.235 millones, lo que supone un salto importante sobre los 238 de 2012 y se debe a las plusvalías obtenidas y los deterioros de 2012. Quitando ese efecto, el grupo ganó 3.119 millones, lo que significa un crecimiento del 10,3% sobre 2012. Los ingresos superaron los 80.500 millones (un 5,2% menos) y el ebitda se situó en 17.011 millones, lo que supone un aumento del 7,6% frente al año anterior. Para 2014 este concepto se situará en 15.500 millones.
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