Las entrañas invisibles de Pemex
Estas son las instalaciones de la petrolera mexicana en el Golfo de México que esperan la transformación de la industria energética del país en los próximos años
A simple vista, frente a las costas de Ciudad del Carmen (Estado de Campeche, al sureste del país) sólo se observan algunos barcos que transportan carga. La bruma y 100 kilómetros de distancia esconden en la inmensidad del Golfo de México las estructuras, el destello y las siluetas de 180 plataformas petroleras operadas por Petróleos Mexicanos (Pemex). Una ciudad en medio del mar donde miles de trabajadores extraen 2,5 millones de barriles de petróleo diarios y donde se exploran y construyen pozos para el abastecimiento energético del futuro. Son cientos de estructuras que han posicionado a México en las últimas tres décadas entre los 10 mayores productores de petróleo del mundo. Es el Pemex escondido que nadie conoce, ni siquiera los mexicanos.
Tres cuartas partes de la producción total de la petrolera mexicana se obtienen en medio del mar. La mayor concentración de plataformas se encuentra en el yacimiento Ku Maloob Zaap, descubierto en 2002 al noreste de Ciudad del Carmen, que mantiene una producción de 870.000 barriles de petróleo diarios. Esta región es lo que se conoce como aguas someras, una zona donde para comenzar la construcción de un pozo hay que sortear un tirante de agua de mar de entre 60 y 100 metros de profundidad y hacer una perforación de tierra de entre 100 y 2.000 metros hasta encontrar hidrocarburos.
La ciudad de plataformas instalada en las costas de Campeche está coronada por el buque Yúum K’ak’ Náab, El Señor del Mar, un enorme barco –el segundo buque petrolero más grande del mundo, equivalente al tamaño de cuatro campos de fútbol-- que mezcla barriles de los distintos crudos que se obtienen en el subsuelo del Golfo para comercializar la mezcla mexicana de exportación. Su capacidad es de 2,2 millones de barriles y fue adquirido por Pemex en 2006. La embarcación está permanentemente en las aguas de Ku Maloob Zaap y recibe diariamente a buques de bandera extranjera para abastecerlas con petróleo que México vende a otros países.
Tres cuartas partes de la producción total de la petrolera mexicana se obtienen en las aguas del Golfo de México
Los yacimientos en el Golfo de México son bautizados con nombres mayas, excepto uno: Cantarell. Descubierto accidentalmente en 1971 por un pescador de Ciudad del Carmen, Rudesindo Cantarell Jiménez, este depósito fue durante más de dos décadas el principal proveedor de crudo del país y el detonador de la industria petrolera en la región. La producción actual de Canterell es de 420.000 barriles de petróleo diarios, casi la mitad de lo que la zona de Ku Maloob Zaap obtiene actualmente. Pemex ha reconocido en los últimos años el declive de la vida del yacimiento de Cantarell y ha promovido con estos datos la necesidad de incrementar la explotación de pozos en aguas profundas.
Dicen que Ciudad del Carmen es para Pemex lo que Houston para la NASA. Esta pequeña ciudad con 221.000 habitantes es el centro petrolero de México. Allí se encuentran importantes instalaciones de Pemex desde donde los trabajadores son asignados a las plataformas ubicadas frente a las costas no sólo de Campeche, sino también de Tabasco y Veracruz. También, están las sedes de todas las empresas que proveen servicios a la petrolera. El aeropuerto local mantiene un importante tráfico aéreo hacia la Ciudad de México y Houston (Texas). Los muelles están llenos de barcos que transportan intermitentemente materiales y personal a 100 kilómetros de la costa.
Sin embargo, la vida de la población de pescadores en la que vivía Cantarell en la década de los 70 de alguna forma sigue. El mercado municipal ofrece espacios a los pescadores para vender desde camarones, róbalo y jaiba hasta rayas. El centro y las calles cercanas al muelle cuentan con albergues en el que la mayoría de los petroleros pernoctan por seis dólares la noche antes de seguir su viaje a casa o hacia las plataformas. Ciudad del Carmen no oculta su pobreza con calles a medio remozar, ni su dependencia de la población flotante que sólo se detiene en este pequeño pueblo a descansar o comer.
En el muelle de Ciudad del Carmen decenas de compañías mexicanas y extranjeras comparten la salida al mar para proveer de servicios a Pemex. Naves grandes y pequeñas han llenado la costa desde hace varias décadas de compañías contratistas que han ido creciendo mientras Pemex se mantiene como el rector de las decisiones entorno a los trabajo en la zona, algo que cambiará tras la aprobación de la reforma energética. Algunas de estas empresas, consultadas por este diario, han reconocido que a pesar de que las grandes petroleras desembarquen en la región, la mano de obra mexicana y el know how de los trabajadores de Pemex seguirán siendo altamente cotizados en la industria energética del país. Lejos ven la posibilidad de una feroz competencia alrededor de una industria que desde hace 75 años y hasta ahora gira entorno a la petrolera estatal.
En el muelle de Ciudad del Carmen decenas de compañías mexicanas y extranjeras comparten la salida al mar para proveer de servicios a Pemex
Un cambio radical en la industria petrolera que ha dado vida a la región sureste de México es un panorama que los trabajadores petroleros tampoco ven probable. La administración del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha argumentado que la reforma energética servirá en gran medida a impulsar la inversión en los yacimientos de aguas profundas en el centro y norte del Golfo de México. Entre los trabajadores de la sonda de Campeche el tema se discute, pero no los preocupa demasiado porque su área de trabajo son pozos en aguas someras, un tema ampliamente dominado por Pemex. “La reforma está enfocada a áreas de aguas profundas y hay poca gente con experiencia en eso”, señala Edgar García, superintendente de la plataforma Coslconfidence. Hasta ahora a Pemex le toma entre cuatro y cinco meses construir un pozo para extraer hidrocarburos e invierte cerca de 25 millones de dólares para lograrlo, explica Antonio Esparza, uno de los ingenieros petroleros que supervisa la zona de producción de Pemex en Campeche.
La petrolera mexicana tiene cerca de 140.000 trabajadores en tierra y altamar, al mismo tiempo que sostiene a 80.000 expetroleros jubilados en condiciones similares a las de un trabajador en activo. Una situación que ha provocado que la empresa reporte un pasivo laboral cercano a los dos billones de pesos, sumado a un panorama donde la octava petrolera del mundo entrega el 67% de sus ingresos a la Hacienda mexicana y reporta pérdidas en la producción de hidrocarburos del 25% desde 2004. A pesar de todo ello, Pemex ha anunciado que invertirá en 2014 unos 25.000 millones de dólares de los 60.000 que requiere la compañía para expandir la exploración en aguas profundas, el resto llegará como resultado de la histórica apertura del sector a la iniciativa privada. La petrolera invisible dejará de esconderse en el horizonte del Golfo de México y será más vista que nunca.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.