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El capital sale de Latinoamérica

La región es una de las grandes damnificadas por las turbulencias financieras

Alicia González
La bolsa de São Paulo también se ha visto afectada por la volatilidad.
La bolsa de São Paulo también se ha visto afectada por la volatilidad. Paulo Whitaker (Reuters)

El dinero es miedoso y huye de terrenos inciertos. Las turbulencias que sufren los mercados emergentes han golpeado a Latinoamérica con mucha menor severidad que a otras regiones, como Turquía o Rusia, pero lo cierto es que los inversores empiezan a buscar alternativas de rentabilidad a la región.

“Latinoamérica es uno de los grandes damnificados por la volatilidad de los mercados”, aseguraba esta semana José Ramón Perea, economista del Centro de Desarrollo de la OCDE, durante la presentación del informe de perspectivas del organismo sobre la región en Madrid. “Y uno de los que más salidas de fondos registran, tanto en deuda como en cartera, cada semana. El flujo acumulado de salida desde principios de noviembre (cuando tuvo lugar el último episodio de volatilidad) es de 14.000 millones de dólares, a región frente a los 9.000 millones que se registraron el pasado mes de mayo” [cuando la Reserva Federal explicitó por primera vez su intención de empezar a revertir la política monetaria ultra expansiva], señalaba Perea.

El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que agrupa a los principales bancos privados del mundo y monitorea de cerca la evolución de los flujos de capital, avanza en la misma línea. En su último informe sobre la evolución de la inversión hacia los países emergentes, Latinoamérica es la única región que ve revisada a la baja las previsiones de entrada de capitales tanto en 2013 como en 2014, frente al aumento que se prevé para las economías emergentes de Asia, Europa y el continente africano.

De hecho, las bolsas de México y Perú se encuentran entre las que peor comportamiento han registrado en el último mes entre los emergentes; cuatro de las seis divisas que más valor han perdido en ese tiempo son latinoamericanas, con el peso argentino a la cabeza con un 20%; y los diferenciales de la deuda de la región respecto al bono estadounidense han vuelto a aumentar en este mes, frente a la estabilización de la deuda de los países de Asia emergente, como recuerdan los analistas de Capital Economics.

Cada semana salen de la región 14.000 millones de dólares en términos brutos

En términos netos, el IIF prevé que la inversión extranjera en la región se estabilice en 2014 y 2015 en torno al 5% del PIB pero establece una clara diferencia entre los países que conforman el Mercosur —Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela— y los que acaban de sellar la denominada Alianza del Pacífico —México, Colombia, Perú y Chile—. “Unas políticas prudentes, fundamentos sólidos y una mejora de las perspectivas exportadoras harán de los países de la Alianza del Pacífico, con mucha probabilidad, los principales receptores de inversión extranjera en la región”, sostiene el IIF en su informe. “Por el contrario, Argentina y Venezuela seguirán sufriendo la presión externa al hilo de la preocupación de los inversores por su marco político desequilibrado y su debilitada posición en reservas”, subraya. La inclusión de Brasil entre los países más vulnerables a la actual coyuntura no es tan claramente compartida por otros analistas.

Aunque los inversores establezcan ahora diferencias entre quienes han hecho los deberes y quienes no, las razones de ese menor atractivo inversor son comunes a todos los países: la reducción en el volumen comercial, la moderación de los precios de las materias primas y la incertidumbre en las condiciones financieras y monetarias globales. Todo ello, a su vez, consecuencia de consecuencia del débil crecimiento económico de la zona euro, del menor dinamismo de la economía china y del impacto de un eventual endurecimiento de la política monetaria de los Estados Unidos, como recuerda la OCDE en su informe.

Para Enrique Alberola, coordinador de Asuntos Internacionales del Banco de España, este proceso forma parte de la normalización que afronta la política monetaria ultraexpansiva puesta en marcha por las principales economías desarrolladas para hacer frente a la crisis financiera. “América Latina fue la región que más se benefició de la recuperación relativa de los flujos de capitales hacia los países emergentes y ahora esos flujos se han reducido en todo el mundo. Pese a eso, las economías de la región no se están viendo limitadas en su acceso a la financiación, aunque sí tienen que pagar precios más caros”, admitía. Un factor que, sin duda, añade dificultades al control del déficit por cuenta corriente y del déficit fiscal y que explica, en parte, decisiones como la adoptada esta semana por el gobierno de Brasil de reducir recorte de los gastos del presupuesto por 44.000 millones de reales (unos 13.500 millones de euros). “El objetivo es la consolidación fiscal, que contribuirá a reducir la inflación y hacer viable un crecimiento sostenido del país”, explicaba el ministro de Hacienda, Guido Mantega.

Las diferencias entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur aumentan

La brecha regional que se observa en la inversión extranjera también seguirá aumentando en términos económicos. Según Juan Ruiz, economista jefe para América Latina de BBVA, Los países de la Alianza del Pacífico registrarán un crecimiento en torno al 4% este año frente a algo menos del 2% en el caso de las economías del Mercosur. En conjunto, la región se aproximará este año, según la OCDE, a sus tasas de crecimiento potencial, del 3%, “un nivel claramente insuficiente para resolver los problemas de equidad que tiene la región”, apuntaba Perea.De hecho, Alberola arrojaba dudas sobre el escenario macroeconómico que afronta la región al señalar que el crecimiento potencial de la región puede haber visto afectado al alza por el precio de las materias primas, lo que supondría que ahora que esos precios se moderan “Lo que se ha producido sobre todo es una pérdida de lustre en la región que en contraste ha sido ganado por las economías avanzadas”, sostiene el director del Banco de España.

“Hay que impulsar las reformas 2.0, las que promueven el crecimiento, no solo las que lo permiten como en el pasado”, señalaba Ruiz. Porque la región prsenta un problema evidente de productividad, por un lado, y de baja recaudación fiscal, por otro. “Mientras la brecha de productividad frente a los países desarrollados se ha reducido en Asia, en la mayoría de los países latinoamericanos ha aumentado en los últimos años. Es uno de los retos principales que afronta la región”, admite Mario Pezzini, director del Centro de Desarrollo de la OCDE. Toca ponerse las pilas.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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