Báñez pide a las empresas que “hagan política social con sus beneficios”
“La competitividad no depende de los vales de comida”, responde Empleo a CEOE
El Gobierno está muy enfadado con la patronal. La exigencia de CEOE al Ejecutivo el miércoles de que retirara el aumento indirecto de cotizaciones con el argumento de que ponía en riesgo el empleo y la recuperación colmó la paciencia en el Ministerio de Empleo. “La política social de las empresas se tiene que hacer con cargo a los beneficios empresariales, y no con cargo al sistema de protección social”, disparó este jueves la ministra, Fátima Báñez, a su llegada al Congreso ante los periodistas y luego en su comparecencia ante los diputados.
Desde que la semana pasada las patronales tomaran conciencia de la importancia de la decisión que tomó el Gobierno en diciembre de incluir en las bases de cotización varias retribuciones en especie (pluses de transporte, aportaciones a planes de pensiones, vales de comida, seguro médico), el malestar entre los empresarios ha ido creciendo. Les decepciona que el Gobierno no atienda su petición de reducir cotizaciones —algo que, en principio, había asumido— y, en cambio, que aumente las bases de cotización. El miércoles explotaron: “Mina la competitividad de las empresas y la creación de empleo y pone en riesgo la incipiente recuperación”.
Pero la respuesta del Gobierno no fue menos contundente. A primera hora de la mañana fue el propio secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, quien llamó a la Cadena Ser para exponer sus argumentos: “No creo que la competitividad de nuestra economía se base en retribuir a los empleados con vales de comida”. Burgos esgrimió que en muchas ocasiones las retribuciones en especie se usan para “eludir la cotización”. El secretario de Estado llegó a hablar de “ingeniería retributiva” en referencia a determinados conceptos en especie.
Horas después, fue la ministra quien recogió el testigo en la defensa de una iniciativa que, según sus cálculos, supondrá unos 900 millones más de recaudación para una Seguridad Social con las cuentas maltrechas. Fátima Báñez, a modo de “pregunta retórica”, incidió en ese argumento: “Si un cheque guardería es bueno para la conciliación en una empresa, lo será porque es bueno para la conciliación, no porque no cotice a la Seguridad Social. Y lo que tampoco entendería nadie es que, por ejemplo, la aportación a un plan de pensiones, que es buena en sí para los derechos futuros, no lo sea porque cotiza”.
Para hablar del “esfuerzo que la Seguridad Social hace cada mes y cada día”, Báñez echó mano del aplazamiento de las cuotas a las empresas: en 2013 se realizaron 116.383 aplazamientos de cotizaciones, un 11,49% más que en 2012, que ascienden a 2.200 millones, lo que equivale a casi un punto de cotización. Además, tanto Burgos como Báñez subrayaron que el aumento de las bases de cotización lleva implícito una mayor protección social para los trabajadores.
Pero Báñez este jueves no encontró mucho apoyo entre la oposición. Hubo críticas por las formas. “Se están acostumbrando a ejercer la mayoría absolutista. Si hubieran aceptado discutirlo con todos nosotros posiblemente hoy no se estarían llevando los chaparrones que se están llevando, porque muchos estamos de acuerdo con aumentar los ingresos por cotizaciones”, atacó Joan Coscubiela, de Izquierda Plural, mucho más duro en el resto de temas abordados este jueves (mercado laboral, trabajo a tiempo parcial y garantía de empleo juvenil). En el aumento de bases, el PSOE ve un riesgo de reducción del sueldo, según Isabel López i Chamosa: “Lo que va a suponer esta medida es la pérdida de estas ayudas, ya que los empresarios no van a pagar nada de su bolsillo”.
Entre los grupos nacionalistas tampoco hubo apoyos. Carles Campuzano, de CiU, le reprochó el momento en que lo hace, cuando la caída laboral empieza a tocar suelo, y que vaya en dirección contraria a lo que sucede en países como Francia o Italia.
Tampoco UPyD encuentra que este sea el momento oportuno, aunque su portavoz, Álvaro Anchuelo se mostró más matices: “Podemos compartir el principio general de que las diferentes formas de ingresos tienen que cotizar de forma parecida, pero eso debería hacerse de forma gradual. Hacerlo de una forma tan brusca en una situación de dificultad puede ser contraproducente y puede incluso dificultar la recuperación en algunos sectores como la hostelería”.
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