La CNMV afirma que “toda la porquería” de Pescanova estaba en la cuenta b

La presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, ha afirmado este martes que "toda la porquería" de Pescanova, cuya situación está siendo estudiada por un juez, se encontraba en la contabilidad b de la compañía. "Pescanova tenía una contabilidad A y una contabilidad B. La B era más grande y toda la porquería estaba en la B", ha explicado antes de añadir que, a simple vista, su caso era como el de otras empresas que tienen "una contabilidad formalmente perfecta y un informe de auditoría limpio".

La existencia de esta caja b es la que permitió a Pescanova, ahora en concurso de acreedores, ocultar la mayor parte de su deuda de 3.281 millones de euros y un agujero patrimonial de 927 millones de euros. En ella, la antigua dirección recogía supuestamente las cuentas bancarias que eran escondidas a los auditores y que estaban a nombre de sociedades extranjeras del grupo en España.

Pese a las denuncias de los auditores de BDO, que denunciaron la existencia de esta contabilidad b para justificar su desconocimiento de la situación real de la empresa, el responsable de administración de Pescanova, Alfredo López Uro, negó ante el juez su existencia. Del mismo modo, el expresidente Manuel Fernández de Sousa declaró que BDO y los bancos sabían cómo se manejaba Pescanova y toda su operativa interna.

Este martes, los abogados de Sousa, imputado por falsear las cuentas anuales y abuso de información relevante, han calificado de son "inciertas, graves y de todo punto inaceptables" las declaraciones de Rodríguez. La presidenta de la CNMV "ha vulnerado gravemente el principio de presunción de inocencia y el de neutralidad que hay que exigir al órgano regulador", aseguran en un comunicado en el que recuerdan que, hasta el momento, nadie ha encontrado ninguna contabilidad B en la pesquera.

En su intervención, Rodríguez ha defendido que la CNMV no tiene "ninguna posibilidad" de conocer un suceso de este tipo con las herramientas con las que trabaja, ya que Pescanova era una empresa cotizada a los que los analistas internacionales la estaban aconsejando el día antes del preconcurso un 30% por encima de lo que cotizaba y de la que destacaban que tenía un buen producto que tenía futuro.

Tras detectarse sus irregularidades, el supervisor reaccionó rápido y envió al juez toda la información de la que disponía. "No había muchas cosas que investigar porque había muchos hechos demostrados. Le pudimos dar al juez toda la información que necesitaba y dimos una respuesta muy rápida. En estos casos hay que ser muy serios", ha apostillado.

Además, Rodríguez ha destacado que el caso Pescanova fue el primero en el que se implantó una nueva manera de comunicar, ya que la situación afectaba a la sociedad. "Fuimos indicando con la cautela y discreción los pasos que íbamos dando para que la gente supiera que la institución estaba ahí", ha concluido.