El consejo de Repsol respalda a Brufau con la oposición de Pemex
El representante de la mexicana no aprueba la declaración de apoyo al presidente español El grupo mexicano oficializa su descontento y deja en el aire la alianza
El acuerdo pactado en Buenos Aires y ratificado este miércoles por el Consejo de Repsol ha dejado a Petróleos Méxicanos (Pemex) —y a su primer ejecutivo, Emilio Lozoya— con la doble faceta de triunfador moral y la sensación de tener el enemigo en casa. La intensidad que mostró Lozoya durante el último mes, lanzando ataques muy duros contra el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y exigiendo su destitución y el acuerdo con YPF, se vio reflejada en la reunión del consejo con el rechazo de su representante, Arturo Henríquez, a la propuesta de apoyo a Antonio Brufau.
Los consejeros de Repsol dieron el “pleno apoyo a la estrategia de la compañía y a la gestión que “viene desarrollando el equipo de dirección, conforme a las mejores prácticas de gobierno corporativo y que se evidencia tanto en las tasas de crecimiento, como en resultados positivos y en rentabilidad de la acción y confirma el refrendo que los accionistas les vienen prestando por inmensa mayoría a través de su voto en las juntas generales”. Pero Henríquez, que sí apoyó el preacuerdo con Argentina, votó en contra de ese respaldo.
“Pemex ha votado en contra porque considera que no ha ofrecido los resultados deseables para la compañía y sus accionistas”, señaló este miércoles la firma mexicana en un comunicado. En el consejo, Henríquez quiso que quedase expresamente de manifiesto la posición de Pemex.
La declaración de apoyo fue propuesta por la Comisión de Nombramientos y Retribuciones —formada por los consejeros independientes Artur Carulla, Mario Fernández e Isabel Gabarró y los dominicales Juan María Nin (CaixaBank) y José Manuel Loureda (Sacyr)— en una reunión previa en la mañana del miércoles, y buscaba precisamente mostrar el rechazo a la actitud crítica del grupo mexicano, que fue descalificada durante la reunión por varios consejeros.
La negativa de Pemex, en todo caso, deja prácticamente inutilizada la Alianza Industrial Estratégica, para desarrollar conjuntamente oportunidades de negocio, que firmó con Repsol en febrero de 2012 y que contempla, entre sus puntos, que el grupo mexicano se comprometía a no superar el 10% y no bajar del 5% y dar su apoyo “a la estructura de gobierno y liderazgo de Repsol en su actual composición” durante 10 años. Cuestión esta que salta por los aires con el expreso rechazo del representante de Pemex en el consejo.
El grupo mexicano se comprometió a apoyar al presidente durante 10 años
El consejo, sin embargo, no ha iniciado ningún movimiento para declarar la ruptura de la alianza. Eso tendría especial importancia porque los estatutos de Repsol vetan la presencia de competidores en el consejo a menos que sean aliados. Si la alianza se rompe formalmente, Pemex tendría que dejar el consejo, pero por ahora nadie quiere dar ese paso.
Esa alianza se forjó, precisamente, tras el primer intento de descabalgar a Brufau en el que también participó Pemex. El grupo mexicano había unido sus intereses a Sacyr (entonces presidida por Luis del Rivero) en la maniobra que hizo a la vuelta del verano de 2011. Pemex, entonces dirigida por Juan José Suárez Coppel, había elevado del 5% al 9,90% su presencia en Repsol con intención de participar en la gestión.
Al margen de la previsible evolución de esta alianza, Pemex deberá desvelar las razones por las que se involucró hasta la médula en alcanzar el acuerdo con YPF. Fuentes del grupo manifestaron que, tras la expropiación del 51% de YPF, había perdido cientos de millones por la caída del valor. Sin embargo, habrá de conocerse si su interés radica en explotar el yacimiento de Vaca Muerta junto a YPF, donde también cuenta que ha adquirido una posición el magnate mexicano Carlos Slim, socio de CaixaBank.
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