Primeras cuentas de las promotoras sin Metrovacesa
La promotora busca vender Gecina para reducir sus 5.000 millones de deuda
Primeras cuentas trimestrales de las inmobiliarias sin noticias de las de Metrovacesa. Tras su exclusión bursátil el pasado 23 de mayo, la información oficial que recibirá el mercado de la histórica promotora, controlada ahora por las principales entidades financieras españolas, será mínima.
Desde entonces, solo dos apuntes conocidos sin mucho detalle. En mayo anunciaba la presidenta de Sareb, Belén Romana, en la primera junta de accionistas de la sociedad, acerca de la venta en el mercado secundario de una participación en un préstamo sindicado que el banco malo tenía en la inmobiliaria, por 35 millones de euros, y supuestamente transferido por Bankia.
Y otro más reciente, el publicado hace una semana a través de su web, en relación con el inicio de una revisión estratégica de la participación de Metrovacesa en Gecina, la francesa de la que es el mayor accionista con el 26,76% del capital, valorado en unos 1.500 millones de euros, según su valor bursátil, coincidente con el precio pagado por Metrovacesa en marzo de 2005.
La venta de Gecina supondría reducir de manera significativa los 5.058 millones de deuda financiera que Metrovacesa acarreaba hasta el 31 de marzo, cuando presentaron las que serán últimas cuentas rendidas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A partir de ahora solo se podrán conocer sus resultados consolidados cuando se publiquen en el Registro meses después del cierre final de los ejercicios. La deuda total de Gecina se elevaba, a finales de junio, a 4.234 millones.
La venta de Gecina supondría reducir de manera significativa 5.058 millones
La puesta en el mercado de la participación de Metrovacesa en Gecina supone que los bancos, accionistas y acreedores de la promotora cambian la estrategia anunciada hace dos años cuando, tras el acuerdo de refinanciación, se hicieron cargo de la empresa. Entonces, el plan pasaba por dar estabilidad a su participación en la compañía francesa. Ahora, por lo que se ve, esa estabilidad ya no es tan necesaria.
El giro puede deberse, entre otras cosas, a que el alquiler de la cartera de edificios, fundamentalmente de oficinas, que Gecina tiene en París generó, entre enero y junio, 294 millones de euros, un 2,8% menos que un año antes. Sus inmuebles están valorados en casi 10.700 millones, con lo que la empresa cumple con su objetivo de que la relación entre su deuda y el valor de su patrimonio no supere la ratio del 40%.
Tomando como referencia los últimos datos, a marzo de 2013, Metrovacesa habría perdido 30 millones de euros al finalizar el primer semestre. Y teniendo en cuenta que los ingresos recurrentes son los que son, procedentes de las rentas de sus activos patrimoniales, y los no recurrentes (ventas de viviendas y suelos) bajo mínimos un trimestre más, la cifra de negocios hasta junio no andaría muy lejos de los 85 millones de euros.
Hasta marzo había vendido 11 viviendas y 361 metros cuadrados de suelo
Hasta marzo, la inmobiliaria en manos de los bancos y presidida desde hace casi un año por Ignacio Moreno —hombre BBVA de toda la vida— había vendido 11 viviendas por 1,5 millones de euros, dejando entonces un stock pendiente de venta de 142 unidades, fundamentalmente en Levante, Andalucía y Cataluña.
Y solo había sido capaz de vender 361 metros cuadrados de suelo, por 100.000 euros, repartidos en dos parcelas en la localidad valenciana de Vedat del Torrent, acumulando todavía una cartera de suelo residencial de 2,7 millones de metros cuadrados, en su mayoría urbanizables.
Entre los pocos proyectos que últimamente ha puesto en marcha se encuentran las 25 viviendas del residencial Real de Aravaca, en Madrid, junto al eje del Barrial de la A-6. Una promoción que vuelve a precomercializarse al quedar descartada hace años cuando, al comienzo de la crisis, la situación del mercado lo aconsejó. Ahora se ofrecen viviendas de lujo de dos a cinco dormitorios, entre 350.000 y 904.000 euros, para superficies construidas que van de los 113 a los 256 metros cuadrados.
Y si la cosa en cuanto a actividad residencial se refiere está como está, bajo mínimos, a nivel patrimonial Metrovacesa mantiene el tipo a duras penas, con ingresos por alquiler más discretos durante el primer semestre por la venta del edificio de oficinas Access Tower, en Alemania, y la desocupación de los edificios de Castellana, 278 y 280, en el último trimestre de 2012, cuando su inquilino, la multinacional petrolera Repsol, trasladó sus dependencias a su nueva sede en la calle de Méndez Álvaro. A 31 de marzo de 2013, la superficie alquilable en explotación sobre rasante de Metrovacesa ascendía a un millón de metros cuadrados, más de la mitad en oficinas.
A nivel patrimonial, las únicas ventas de activos materializadas se corresponden con las viviendas rehabilitadas en el edificio Torre de Madrid, así como por las plazas de garaje ubicadas en este emblemático inmueble, situado en plena plaza de España de la capital.
Liquidaciones presentes y futuras
De las inmobiliarias que permanecen en el parqué, cuatro tienen suspendida su cotización por estar en procedimiento concursal (Reyal Urbis, Renta Corporación y Fergo Aisa) o por haberlo superado en falso (Martinsa-Fadesa). Otras, como Realia o Quabit, andan en fase de refinanciaciones permanentes imposibles de llevarse a cabo. Y Colonial y Sacyr no saben cómo deshacerse de Asentia y Vallehermoso, sus filiales de promoción y suelo, que lastran sus resultados.
Y todas, a la vista de las cuentas semestrales, bajo mínimos, con unos ingresos conjuntos paupérrimos, de poco más de 500 millones de euros para hacer frente a una deuda financiera próxima todavía a los 20.000 millones.
Con este panorama, Renta Corporación ha iniciado el camino por el que muchas deben transitar en el futuro. El de liquidar todo lo que se pueda. Tras entrar en concurso el pasado marzo su matriz, con 185 millones de deuda, ha liquidado seis de sus filiales extranjeras de manera simultánea a su declaración de concurso por insuficiencia de masa activa.
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