Se vende ático de lujo con visado
La concesión de permisos de residencia a compradores de casas alienta la venta de viviendas de lujo a ricos foráneos
Se vende sobreático de 305 metros cuadrados en Barcelona, con cinco habitaciones, tres baños y una terraza con unas estupendas vistas a la plaza de Catalunya. El precio, de 2,5 millones de euros, está al alcance de unos pocos bolsillos. El del empresario indio Raj Airey es uno de ellos. “Un piso así en una buena zona de Delhi costaría el triple”, dice. Esta es la primera de las seis viviendas que visitará en Barcelona en un solo día. La ciudad le parece “bonita, limpia, bien organizada y con mucha vida”. Para su gusto, solo adolece de una escasa oferta de restaurantes vegetarianos. Pero comprará la casa con una condición: que el lote incluya un permiso de residencia que le permita viajar por Europa.
Esa medida está dentro de la futura Ley de Emprendedores, cuyo anteproyecto fue aprobado por el Consejo de Ministros. Los extranjeros que inviertan a partir de 500.000 euros en inmuebles podrán hacerse con un visado y un permiso de residencia bianual renovable. No es el primer país que recurre a esta medida —lo han hecho también Chipre o Portugal—, pero el sector inmobiliario está notando ya los efectos del anuncio. La inmobiliaria Lucas Fox, que se dedica a la compraventa de casas de lujo, recibe cada día una veintena de llamadas de clientes interesados en adquirir una casa y hacerse con un visado. “Son compradores de Rusia, China, India e Indonesia y países árabes, aunque nos ha sorprendido el volumen de norteamericanos que nos ha llamado”, explica Stijn Teeuwen, socio de Lucas Fox.
India, hasta ahora ajena al inmobiliario español, empieza a explorar el mercado
El empresario Airey, propietario del grupo sanitario Wizzcare, asegura que viaja a menudo a Europa. Lo hace por negocios, pero tiene amigos en Reino Unido y su hijo mayor trabaja en Austria. Barcelona, dice, está de moda en India desde que más de 70 millones de espectadores vieron en 2011 la película de Bollywood Solo se vive una vez, en la que tres amigos se encontraban en la capital catalana para celebrar una despedida de soltero.
“La compra me permitirá tener una casa aquí para cuando viaje por negocios, pero también una inversión segura fuera de India”, sostiene Airey, quien asegura que la adquisición le interesa porque quiere que sus hijos se formen en Europa. “El español es un idioma global que me interesa que aprendan”, señala. Gabriel Nadal, letrado de Écija Abogados, explica que para obtener la residencia hasta ahora los extranjeros “debían demostrar unos rendimientos de capital superiores a los 2.000 euros y residir 183 días al país”. “Los requisitos estaban muy ligados a la residencia fiscal”, añade.
El inversor indio no ha sido hasta ahora uno de los más activos en el mercado inmobiliario español. Sin embargo, eso está cambiando. Surbhi Sharma, directora del Centro de Investigación Euroindia, explica que la concesión de permisos de residencia ha suscitado el interés de muchos inversores por España. “Muchos quieren aprovechar la crisis actual para invertir en el mercado español, que en unos años va a recuperarse”, señala. Sharma, instalada en Bangalore, conoce algunas empresas que ya venden inmuebles españoles en India. “Nosotros también estamos en ese proceso de entrar en el mercado español, al que le veo un gran potencial”, agrega Nadal, quien advierte de que la Administración deberá agilizar los trámites para obtener la residencia.
Las ventas de viviendas a compradores extranjeros están siendo una válvula de escape para las inmobiliarias ante un mercado interno todavía muy débil. Fuentes del mercado explican que la mayoría de las transacciones se cierran con operaciones al contado o bien con financiación ajena pero que los compradores han logrado en su país de origen. Agua de mayo para un sector que busca zafarse de su stock de viviendas de obra nueva y que debe seguir purgando su excesivo endeudamiento del pasado.
Según los datos del Colegio de Registradores, los extranjeros se hicieron el año pasado con 24.938 viviendas en España, el 8,12% del total. Eso supone un incremento de las ventas del 19,1% respecto a 2011 e igualar el nivel de actividad con clientes extranjeros que el sector mantenía en 2007, antes de que estallara la burbuja. Durante la crisis, los compradores foráneos se han hecho con 111.264 viviendas. Los principales clientes han sido sido los británicos (29.180 casas), seguidos de los franceses (8.396), alemanes (7.912) y rusos (7.671).
“El aumento de las compras por parte de extranjeros ya se está produciendo. En algunos casos los permisos de residencia pueden ser un incentivo, pero no para la mayoría. Esa proporción pronto será de entre el 12% y el 15% de todas las compras. La demanda no necesita esa medida”, explica el profesor de la Universidad de Zaragoza y director del Grupo de Análisis del Mercado Inmobiliario, Luis Fabra.
El empresario Airey, que tras el piso de plaza de Catalunya visita otro cerca de la playa en Diagonal Mar, aplaude los cambios. “Es bueno que el Gobierno anime a la gente que venga a España. En todos los países adonde ha ido la comunidad india ha abierto negocios. Basta ver cómo han contribuido a la economía de Canadá o Reino Unido”, recuerda mientras reconoce la calidad de los muebles de la vivienda con un gesto.
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