EE UU abre la puerta a moderar los estímulos económicos a finales de año
Bernanke dice que la compra de bonos durará hasta que la economía "se normalice" Adelanta que el plan podría moderarse a final de 2013 y concluir a mediados de 2014
El cambio crea ansiedad en los mercados y eso lo sabe muy bien Ben Bernanke, por eso necesitaba ser lo más claro posible sobre cuáles son las intenciones de la Reserva Federal (Fed). En este momento, el jefe del banco central estadounidense considera que lo adecuado es mantener los tipos en el 0% y seguir comprando deuda a un ritmo de 85.000 millones de dólares al mes. Bernanke, en su rueda de prensa posterior a la publicación de las decisiones de la Fed, insistió en que todas las decisiones dependerán de la marcha de la economía. Precisó que seguirán los estímulos hasta que se normalice la situación. Si la economía avanza conforme a lo previsto, la compra de activos de deuda podría moderarse a final de este año y concluir a mediados de 2014.
Bernanke, que evitó hablar sobre si piensa dejar su cargo en enero, dejó claro que esperará un tiempo antes de proceder a subir tipos de interés. En cualquier caso, dejó claro que todo depende de la evolución económica. "La compra de activos variará conforme a la marcha de la economía", señaló. Afirmó que los riesgos para la economía y el empleo "disminuyeron" desde el pasado otoño. Pero pese a esta mejora, considera que la política actual es la apropiada.
Wall Street cerró con una caída del 1,35% del Dow Jones, después de las palabras de Ben Bernanke sobre los estímulos. Se escucha desde hace semanas que pronto podría llegar el tapering, el término que utiliza Wall Street para referirse al inicio del fin de la compra de activos. En otras palabras, sería empezar a atenuar la expansión del balance de la Fed, para que no crezca tan rápido. A lo largo de la crisis la autoridad monetaria acumuló 3,4 billones, frente a tener 925.000 millones al estallar Lehman Brothers.
La compra de deuda permite a Bernanke mantener bajos los tipos a largo plazo a la vez que tiene la inflación bajo control. Pero incluso si la Reserva Federal decide reducir el ritmo de compra de activos tras el verano, los analistas tienen claro que un alza de tipos de interés está aún muy lejos en EE UU. Y esa es precisamente la distinción que el presidente hace tras dos días de reunión.
Las palabras están muy medidas. En el análisis de la economía, repite que la expansión avanza a un ritmo “moderado” y que las condiciones del mercado laboral “mejoran”. Pero el paro está un punto por encima del 6,5% que usa de guía. La previsión es que EE UU crezca un 2,3% este año y que el desempleo ronde el 7,25%. Para el próximo rondará el 2,9% y el 6,65% respectivamente. Si esta previsión fuera cierta, significaría que el desempleo se acercaría al 6,5% ya en 2014. Ese era uno de los indicadores (que el paro baje del 6,5%) que se nombró como límite a los estímulos.
A partir de esta situación, la Fed deja todas las opciones abiertas al reiterar que está lista para “incrementar o reducir” el volumen con el que compra deuda y vincula su intensidad a una mejora “sustancial” del empleo. Es decir, la política actual se justifica hasta que se tengan pruebas claras de que la recuperación toma fuerza y la economía puede avanzar sola.
El mercado espera cambios
Si hace unas semanas el mercado anticipaba que el ritmo de compra de deuda se mantendría hasta comienzos de 2014, ahora empieza a dominar la idea de que la Fed marcará el inicio del proceso de salida reduciendo la adquisición de activos a 65.000 millones ya en septiembre. Las compras podrían así pararse por completo en la segunda mitad del año próximo.
Otra cosa diferente será su efecto en el mercado. La retirada de los estímulos no afectará a los resultados de las empresas. Pero en el parqué se interpreta como un alza indirecta del precio del dinero. De hecho, las rondas de compra de deuda se ven como un factor que permitió al S&P 500 estar por encima del nivel previo a la crisis (subió un 4% desde la reunión de mayo).
El futuro de la política monetaria dependerá también de quién esté al frente de la Reserva Federal. Está cada vez más claro que Ben Bernanke no quiere un tercer mandato, cuando el actual caduque a final de enero de 2014. Como dijo el lunes el presidente Barack Obama en una entrevista, “se ha quedado mucho más tiempo del que quería o se suponía que debía”. Sin embargo, Bernanke ha decidido esquivar la pregunta, y ante los periodistas, ha señalado que no era el día para tratar ese tema.
El sucesor podría conocerse en agosto, con el Congreso en receso. La pista más clara en este sentido es que el jefe de la Fed no estará en la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole por un “conflicto” de agenda. Cambio que crea incertidumbre, aunque entre las opciones suenen nombres conocidos como Janet Yellen, Larry Summers, Roger Ferguson o Tim Geithner.
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