“El secreto del éxito de Alemania no descansa en los minijobs”
La ministra valora el plan que permitirá a 5.000 jóvenes estudiar o trabajar en Alemania
El alto nivel de desempleo juvenil asusta a los líderes europeos. Y si hay un país donde de verdad asusta, es en España, en el que la tasa llega al 57%. La ministra de Empleo alemana, Ursula von der Leyen, es una prueba de esto. Hace dos semanas lo fue el comisario de Empleo, László Andor, que en su viaje a Madrid dedicó la mayor parte de su tiempo a hablar del paro juvenil. Algo similar hace la ministra Von der Leyen, que llega a la entrevista, realizada el pasado martes, después de firmar un convenio con su homóloga española, Fátima Báñez, que permitirá a 5.000 jóvenes ir a Alemania a estudiar o trabajar. Y ya en la primera pregunta, aborda el tema.
Pregunta. ¿Necesita España otra reforma laboral para combatir el paro?
Respuesta. En Alemania tenemos un enorme respeto por la capacidad de reforma de la política española. Sobre todo contra el paro juvenil, los ministros de Empleo queremos identificar puestos de trabajo en el marco de la garantía juvenil europea. En Alemania tuvimos la experiencia hace 10 años de lo que es una tasa de desempleo juvenil masiva. Para combatirla, hemos aprovechado el sistema de formación amplio y a alto nivel y creado un pacto entre la política, la economía y los sindicatos. Eso también nos permitió reforzar a las pequeñas y medianas empresas, el estrato medio de la economía. Estas tienen enormes ventajas con la especialización de la mano de obra.
P. El paro juvenil afecta a 5,5 millones de personas en Europa y Europa solo destina 6.000 millones entre 2014 y 2020. ¿No es poco?
R. Es un paso importante porque genera fondos en el marco de la garantía juvenil. Pero no basta. Por un lado, es necesario que se generen estructuras sostenibles para un sistema de formación dual sólido. Por otro, que fluya el capital para que haya créditos a tipos de intereses asumibles para las pymes: por ejemplo, en España, donde a día de hoy muchas empresas sanas casi no tienen acceso a préstamos a interés bajo, lo tienen al 6% ó 7%, cuando en otras partes el tipo de interés es de un 2%. Es necesario que fluya el crédito para que estas inviertan, y eso genere puestos de trabajo. Para ello elaboramos un proyecto con el Banco Europeo de Inversiones. En tercer lugar, el empleo también puede ser fomentado mediante los 16.000 millones de los fondos de la Unión Europea. El dinero está a disposición y hay la voluntad política. Ahora la economía, la política y la sociedad civil tienen que realizarlo.
P. En España se mira a la formación dual alemana como una solución al desempleo juvenil. ¿Qué nos puede aportar?
R. Lo más importante que aprendimos en el pasado es que llegamos a un pacto que unió economía y política. Estamos convencidos de que la economía tiene la responsabilidad de crear plazas de formación en las empresas, así podrá contar con expertos que conocen bien la empresa y que necesita en el futuro para mantener su competitividad global. Tenemos la responsabilidad común de abrir una perspectiva a los jóvenes: por un lado la política, que tiene que crear las estructuras de formación en la parte teórica; y, por otro, la industria, que tiene que poner a disposición puestos para la formación práctica.
P. ¿Qué caracteriza el sistema de formación dual alemán?
R. Es un sistema que se rige por la respectiva demanda actual. Luego está el hecho de que para las pymes esto aporta innovación. En Alemania un gran número de patentes se generan por los trabajadores que salen de la formación dual y no por ingenieros. ¿Por qué? Porque son expertos con mucho conocimiento. Por último, la formación dual goza de tanto reconocimiento social para que a través de un sistema de puente se pase al mundo de la universidad o para ocupar puestos de alto rango. Y le doy una cifra: actualmente, más o menos el 50% de los jóvenes opta por la formación dual, y hoy comprende 340 profesiones.
P. ¿Cuánto invierte el Estado alemán en cada alumno?
R. Los costes del sistema dual son financiados en su mayor parte por la economía. Las empresas pagan a los aprendices una remuneración, cuyo monto es fijado, como norma general, en el convenio colectivo. Según la profesión en que se sigue la formación, se pagan remuneraciones entre 500 y 900 euros. Cada año el Estado paga a las escuelas, que forman a aproximadamente 1,5 millones de aprendices, unos euros por término medio.
P. El problema del paro juvenil en Europa es urgente. ¿Cuándo veremos frutos concretos?
R. En París estarán presentes [representantes de] la política financiera y de la política del mercado laboral, pero también los dirigentes de la economía europea y el Banco Europeo de Inversiones con las consiguientes posibilidades de capital. Es importante que los que estén allí digan qué van a aportar. Importa más que la gente diga qué puede hacer y qué puede aportar, que diga qué me das. Y eso creo que serán progresos que se podrán medir. Luego, en julio, se celebrará en Alemania una conferencia de los ministros de Empleo de la UE con la Comisión Europea que se preparará en junio en España. Queremos desarrollar, desde París, vía Madrid, hasta Berlín una hoja de ruta para una iniciativa de crecimiento.
P. En España, Alemania se toma como ejemplo de muchas cosas. Además de la formación dual, también se recurre a los minijobs. ¿Son adaptables el modelo de los minijobs?
R. El número de minijobs en Alemania se ha mantenido bastante constante y, desde luego, no es el secreto sobre el que descansa nuestro éxito. La función de los minijobs es hacer de puente. Es mejor estar con un pie en el mercado laboral que estar desempleado, pero a la larga esto no es suficiente. El 90% de los empleos son puestos de trabajo normales, o sea de contrato indefinido. Lo importante es el grado de flexibilidad, el trabajo a tiempo parcial, a tiempo completo, sobre todo, la conciliación de la vida familiar y profesional, algo muy importante en Alemania. También son muy importantes los modelos de flexibilización del tiempo de trabajo que en su mayoría se basan en acuerdos entre la representación de la plantilla y la dirección de la empresa.
P. España está inmersa en un proceso de devaluación interna, que en Alemania subieran más los salarios ayudaría. ¿Tienen ustedes margen?
R. Los salarios se negocian por empresarios y sindicatos. El Estado no se mete en estas negociaciones. En los años más difíciles para la economía alemana los interlocutores sociales acordaron aumentos salariales moderados; desde hace tres años los salarios volvieron a aumentar más evidentemente.
P. En toda Europa se está retrasando la edad legal de jubilación. En muchos países, serán 67 años la próxima década, pero hay voces que piden llevarla más allá. ¿No cree que hacer esto puede suponer un problema para la creación de empleo?
R. No. Por un lado, Alemania aumenta paulatinamente, hasta 2029, la edad de jubilación para 67 años. En segundo lugar, una economía nacional que está confrontada con el envejecimiento necesita tanto a los jóvenes como a las personas de edad avanzada. Solo debido al desarrollo demográfico Alemania perderá hasta 2025 a cerca de seis millones de personas en entre los 15 y los 65 años. Por eso la generación joven incluso tendrá que trabajar más, y la experiencia de los más viejos le puede servir de ayuda.
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