Carne cubana a la valenciana

Corrían los años noventa cuando un grupo de empresarios españoles visitó a las autoridades cubanas para tantear la posibilidad de acometer inversiones industriales en ese país. Desde la Federación de Industrias de Alimentación Bebidas, el promotor de la iniciativa, Jorge Jornada, daba cuenta a los socios del interés del Gobierno cubano en la creación de industrias relacionadas con el sector primario y de que no habría ninguna oposición a la inversión extranjera.

Blas Serrano, que en los años sesenta había creado junto a su esposa Carmen una pequeña empresa cárnica sobre una superficie de 125 metros cuadrados, no lo dudó y viajó con un grupo de técnicos a entrevistarse con las autoridades de diferentes organismos públicos del país. El resultado fue la constitución en 1996 de la sociedad mixta hispano-cubana, Provalca, de la que nació la firma Bravo con una inversión inicial de cinco millones de dólares (3,8 millones de euros).

Hoy, Bravo es la empresa de referencia en el sector de la carne en la isla, con una facturación que en 2011 ascendió a 31,7 millones de dólares y va en aumento.

El crecimiento de la actividad de la planta se ha basado en la oferta de productos elaborados congelados en fresco, fundamentalmente hamburguesas y salchichas, que se destinan al sector hotelero para el turismo. Para la elaboración de los productos, la empresa valenciana utiliza materia prima importada de varios países del continente americano, desde Canadá a Chile.

El grupo renueva cada año el 30% de su oferta de productos cocidos

Además de su iniciativa cubana, Cárnicas Serrano fue la primera empresa valenciana que obtuvo la autorización comunitaria para la exportación de sus productos, hace ya 20 años. Hoy produce unas 13.000 toneladas de productos elaborados cocidos (sobre todo de pavo y cerdo) y ha puesto los ejes de su negocio en la exportación y la innovación.

Sobre una facturación de 54 millones de euros, el 30% procedente de las exportaciones, que se concentran casi enteramente en el resto de los países comunitarios y especialmente en Alemania y Francia. Con la mirada puesta en los turistas de Reino Unido, Alemania y Francia que visitan España, la firma valenciana ha desarrollado otras estrategias como el lanzamiento de una nueva gama de productos denominada TapaSpain.

Cárnicas Serrano opera en los mercados comunitarios basándose en las grandes cadenas de la distribución como Leclerc, Auchan, Intermarché, Edeka, Netto o NorgesGruppen, donde realiza el 70% de sus ventas. Los objetivos del grupo, según su plan de expansión para 2015, prevén elevar las ventas en el exterior el 50%.

Para la investigación, la innovación y el desarrollo de nuevos productos, la empresa destina anualmente el 1% de su facturación. La firma valenciana dispone de un departamento propio que ha sido uno de los más dinámicos a la hora de introducir modificaciones en el sector de los elaborados cárnicos en los últimos años. La estrategia del grupo pasa por adecuar su oferta a las nuevas exigencias de los consumidores, en función de los nuevos hábitos de consumo.

De acuerdo con esos objetivos, la política del grupo es el desarrollo permanente de nuevos productos en el segmento de los elaborados. Para Carlos Serrano, director general de la firma, la innovación ha formado siempre parte del ADN de la empresa y ha sido la dinamizadora de la categoría de este tipo de productos, trabajos por los que han recibido varios reconocimientos de organismos públicos. Uno de los objetivos de la empresa es que ningún producto esté en el mercado un periodo superior a tres años. Esa política de innovación se ha traducido en la renovación anual del 28% de la gama de productos comercializados, lo que supone la renovación completa cada tres años de la oferta de elaborados cocidos.

Cárnicas Serrano ha huido al máximo de la fabricación de la marca blanca, que hoy representa solo el 8% de unas ventas estimadas en 13.000 toneladas de productos elaborados cocidos.