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Portugal revisa sus previsiones a la baja y confirma su recaída en la recesión

El paro y el frenazo del consumo llevan al Ejecutivo luso a pronosticar una caída del 2% del PIB

Antonio Jiménez Barca
El ministro portugués de Finanzas, Vitor Gaspar.
El ministro portugués de Finanzas, Vitor Gaspar.EFE

Las cuentas macroeconómicas siguen sin salirle al Gobierno portugués. El ministro de Finanzas portugués, Vítor Gaspar, ha anunciado hoy en el parlamento luso que sus previsiones para este año, una reducción del 1% del PIB, no son ciertas y que, en realidad, el PIB de Portugal caerá a lo largo de este año cerca del 2%. Así, los cálculos del Gobierno se asemejan a los que hace unas semanas aportó el Banco de Portugal, que auguraban un encogimiento del PIB de un 1,8% para el año en curso.

Gaspar achacó este dato al crecimiento del paro y a la paralización del consumo interno, sobre todo, en el último trimestre de 2012. Es cierto que el paro está escalando en Portugal hasta llegar a cimas jamás alcanzadas. Se encuentra ya en el 16,9% y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hechos públicos la semana pasada, en el último trimestre del año pasado se destruyeron 125.000 empleos, un ritmo devorador jamás visto en Portugal.

Gaspar también anunció que Portugal pedirá un año más para alcanzar su objetivo de déficit, que ahora, para 2014, se encuentra en el 2,5%. El anuncio del ministro de Finanzas portuguesas estaba candado después de que ayer, el vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehm, asegurara que Europa está dispuesta a relajar estos objetivos a determinadas economías de la UE.

El anuncio de Gaspar –y las nuevas y negativas previsiones para 2013- se producen en un momento estratégico. Los representantes de la troika, esto es, de las instituciones (BCE, FMI y UE) que prestaron a Portugal 78.000 millones de euros en abril de 2011 para escapar de la bancarrota, desembarcarán en Lisboa el próximo lunes para examinar las cuentas públicas por séptima vez. Hace unos días, el secretario general del Partido Socialista portugués (PS), Antonio José Seguro, hizo públicas tres cartas que había enviado a los dirigentes de estas instituciones para advertirles de que Portugal, ahogada por una oleada de recortes, subida de impuestos y ahorro a rajatabla del gasto público, se encuentra “a un paso de la tragedia social”. “Ha llegado el momento de decir basta”, añadía Seguro, que reclama una renegociación de la deuda como método para aflojar la brutal presión a los ciudadanos, sobre todo a los de clase media.

Gaspar resaltó “la singularidad de esta séptima inspección” ya que, a su juicio, significa “el principio del fin de la asistencia financiera”. Y deslizó un posible cambio de rumbo en la orientación de la política económica del Gobierno portugués, hasta ahora enfocada casi exclusivamente en la contención del déficit a base de ajustes y recortes. “Se puede hablar de una transición desde la urgencia en el ajuste a la prioridad para la estabilidad, el crecimiento y el empleo”, dijo.

A juicio de Gaspar, hay varios factores que lo permiten, entre los que citó las reformas ya hechas y la aparente calma del sistema financiero. Portugal regresó a los mercados hace unas semanas de manera positiva. Y hoy mismo ha llevado a cabo una subasta exitosa que, aunque a corto plazo (1.500 millones en títulos a tres y doce meses), ha corroborado la tendencia.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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