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El gasto corriente regional crece un 15%

Las autonomías recortan en nóminas y en inversiones pero los costes financieros se disparan un 48% respecto al año pasado

J. S. G.

La obsesión del Gobierno pasa por embridar el déficit de las comunidades autónomas. Pero no resulta fácil para los Gobiernos regionales frenar sus gastos corrientes.

El año que está a punto de cerrar pasará a la historia como el primero en que caen los gastos generales de las autonomías: lastrado por el peso de la sanidad y la educación. El gasto no financiero de los Ejecutivos regionales ha descendido un 2,17% respecto al año pasado. Hasta octubre las comunidades destinaron 116.320 millones de euros a pagar nóminas, facturas, servicios e inversiones frente a los 113.793 millones del ejercicio precedente, según la ejecución presupuestaria de las comunidades hasta octubre difundido por el Ministerio de Hacienda la semana pasada.

Pero un análisis más detallado de las cuentas públicas regionales revela la incapacidad de las autonomías para atajar el gasto corriente. El mayor bocado lo han dado en inversiones, que caen un 25,3%. Comunidades como Castilla-La Mancha, que las ha recortado un 80%, Asturias (70%) o Extremadura (58%) han cerrado el grifo a las inversiones en nuevas infraestructuras.

Sin embargo, los gastos corrientes en bienes y servicios suben un 14,93% a pesar de todas las medidas de recortes anunciadas. La mayoría de los descensos de gastos anunciadas por los Ejecutivos regionales tendrán efecto en el último tramo del año y en la mayoría de los casos apenas servirá para compensar el aumento de los primeros meses. Será el próximo año cuando más efecto tengan los ajustes anunciados en sanidad, educación y servicios sociales.

El control del gasto hasta ahora ha venido por medidas de aumento de las horas lectivas o reestructuración de servicios sanitarios que han generado un ahorro del 4,5% en el gasto en nóminas. En lo que va de año, cerca de 130.000 empleados públicos han perdido el trabajo. En 2013, el ajuste será aún más duro.

Uno de los mayores lastres de los territorios es su deuda y los intereses que genera. Sobre todo con una prima de riesgo —el diferencial entre el bono español a 10 años y el alemán, considerado el más seguro— en el entorno de los 400 puntos básicos. El dinero que las comunidades destinan a pagar intereses ha aumentado un 48% en lo que va de año.

Respecto a los ingresos, aunque las comunidades han engordado sus arcas públicas con casi el mismo dinero que en 2011 (ha aumentado un 0,68%). Los ingresos procedentes del impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, el tributo de gestión propia por el que más ingresan, ha caído un 14,15% durante los diez primeros meses del año. Además, los ingresos de capital, derivados de ventas de inmuebles y otros activos y valores financieros, han caído un 11,8%. Por contra los ingresos del impuestos sobre sucesiones (crecen un 6%), las liquidaciones del sistema de financiación y las entregas a cuenta de los impuestos compartidos (IRPF, IVA e Impuestos Especiales) compensan la caída.

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Sobre la firma

J. S. G.
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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