España agrava sus desequilibrios macroeconómicos pese a la austeridad
Bruselas reconoce en un informe “graves” problemas con la deuda pública y el desempleo
España y otros Estados miembros de la Unión Europea (Bélgica, Bulgaria, Finlandia, Francia, Dinamarca, Chipre, Hungría, Italia, Eslovenia, Suecia y Reino Unido) están siendo investigados por Bruselas al registrar numerosos desequilibrios macroeconómicos en sus territorios. Los países rescatados (Grecia, Irlanda, Portugal y Rumanía) se escapan de la supervisión al contar con un programa de asistencia propio.
Entre todos ellos, España acapara la atención de la Comisión Europea, que reconoce en un informe publicado este miércoles que “existen graves desequilibrios” en torno a varios indicadores. Pese a la progresiva implantación de las políticas de austeridad impuestas desde Bruselas, España no levanta cabeza. De una lista de seis desequilibrios macroeconómicos detectados, el Gobierno solo ha conseguido mitigar dos de ellos, mientras los otros cuatro han empeorado respecto a los últimos datos que maneja la Comisión.
El desempleo ha aumentado y se acerca a la vertiginosa cifra del 26%. La deuda pública se ha disparado por los elevados tipos de interés que paga España para financiarse. A ello se le suma la reducción de la cuota de mercado internacional de las exportaciones y uno de los problemas que más preocupan en Bruselas: la limitada capacidad de generar ingresos suficientes en el exterior para pagar las deudas contraídas.
La Comisión Europea muestra su preocupación por la degradación de los sistemas de protección social en algunos países de la UE
A todos estos desequilibrios se le suma la exposición del país a los “riesgos de liquidez”, que podrían dificultar todavía más el acceso al crédito. Lejos de reactivar la economía y reducir la deuda, España se encuentra paralizada. Las facturas acumuladas y las deudas adquiridas para pagarlas no dejan mucho margen a la inversión, por eso se ha optado por adelgazar los presupuestos.
Tan solo se atisba una mejora en la disminución de la deuda privada y del déficit por cuenta corriente, que ha pasado del -6,5% al -4,3% del PIB. No obstante, esta mejora es relativa. El recorte se debe a la estabilidad de las exportaciones, y en mayor medida, a la caída de la demanda interna como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo y la incertidumbre de los ciudadanos ante el futuro económico. También se han detectado avances en la competitividad, en parte motivados por la rebaja salarial y la flexibilidad laboral.
Preocupación por la deriva social
El comisario europeo de Empleo, László Andor, manifestó este miércoles su preocupación por la degradación de los sistemas de protección social en algunos de los países de la UE. Durante la presentación del informe anual de crecimiento, reconoció las dificultades por las que atraviesan países como España para cumplir con las políticas de consolidación fiscal, pero instó a sus Gobiernos a “hacer esfuerzos para mejorar la protección social” y pidió que “la red de seguridad no se vea perjudicada por la crisis”. Para ello, Andor recomienda mantener la inversión social. “Algunos países han llevado a cabo reformas laborales de cara a una mayor flexibilidad, y lo aplaudimos, pero no debe perderse el diálogo social”, sentenció al término de su intervención.
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