El Tesoro capta 4.500 millones más en las segundas vueltas de subastas
La mejoría del mercado en septiembre y octubre sube los ingresos por esta vía
España ha hecho caja pasado el verano. El Tesoro público ha cubierto holgadamente las subastas de septiembre y octubre con las palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE) como aliadas. Fue hablar Mario Draghi de su intención de comprar bonos de los países con problemas y las exigencias de los inversores para prestar dinero a España se suavizaron, tanto, que en esos dos meses las segundas vueltas de las subastas sirvieron para colocar más de 4.477 millones en deuda, la mitad de lo vendido en todo el año con este sistema, según los datos del Tesoro.
Como la rebaja de la prima de riesgo, el éxito de la segunda vuelta de una subasta es otro síntoma de que las cosas van mejor en los mercados de deuda. Y estos, desde que habló Draghi, viven bajo el efecto de un rescate virtual para España: no ha sido pedido, no ha sido aprobado, pero se da por descontado.
Una segunda vuelta de una subasta consiste en dar la oportunidad a un grupo de bancos relevantes —los llamados creadores de mercado (Santander, BBVA, La Caixa, BNP Paribas, Deutsche Bank, Goldman Sachs)— de volver a comprar deuda soberana con la misma rentabilidad fijada en la subasta realizada un par de días antes. Esta posibilidad da a esas entidades la ocasión de lograr beneficios cuando la rentabilidad de los títulos colocados baja después de la subasta. El mecanismo es el siguiente. Los títulos emitidos se colocan, por ejemplo, a un interés del 3,4%. Una semana después la rentabilidad baja al 3,3%. Entonces aparece la oportunidad de hacer beneficios para los bancos creadores: compran el título al precio de la subasta y acto seguido lo venden a precio de mercado, con lo que se llevan esa décima de rentabilidad. Las oportunidades de negocio desaparecen si, tras la subasta, la rentabilidad de los títulos sube en el mercado secundario —donde inversores compran y venden bonos y letras ya subastados en su día.
El Estado coloca en dos meses la mitad de lo vendido en 2012 en segundas vueltas
Todo esto explica que las segundas emisiones hayan tenido más éxito cuando las cosas han ido mejor en los mercados para España. Así fue en la primera parte del año, cuando las inyecciones de crédito barato en el sistema por parte del BCE animaron las compras de las entidades financieras, y en los dos últimos meses, aupadas por el efecto Draghi. En concreto, en estos dos meses el Tesoro captó en las segundas vueltas casi 4.500 millones: 2.676 en octubre y hasta 1.800 en septiembre.
Gracias a este dinero, al que hay que sumar el logrado en las primeras emisiones de las subastas, entre septiembre y octubre el Tesoro colocó unos 48.000 millones en bonos de corto y medio plazo. Esto permite al Estado afrontar con cierta holgura los vencimientos de deuda pendientes antes de que acabe el año, más de 12.000 millones.
No obstante, el Tesoro no parece dispuesto a dejar pasar la coyuntura y quiere seguir aprovechando la relativa calma que dan los mercados —si se puede llamar calma a que la prima de riesgo esté en torno a los 400 puntos básicos—. Para lograrlo, el jueves emitirá obligaciones a 20 años. Desde mayo de 2011, el Tesoro no se atrevía a subastar títulos a un plazo tan largo porque los inversores habían sido reticentes a comprar este tipo de bonos o exigían una rentabilidad muy alta.
España debe afrontar 12.000 millones en vencimientos antes de acabar el año
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