Industria ensancha el mercado eléctrico

La batería de nuevos impuestos anunciada por el Gobierno en el sector energético no es todo lo que el Gobierno tiene en mente. El ministro José Manuel Soria anunció ayer que planea rebajar a la mitad el límite a partir del cual los usuarios estarán obligados a contratar por su cuenta con una compañía comercializadora el suministro eléctrico. Se acabó la llamada Tarifa de Último Recurso (TUR), en la que interviene el Gobierno, para la mayoría de los usuarios. Ahora, el límite para acogerse a la TUR es una potencia contratada igual o inferior a 10 kilovatios. Por encima de esa potencia, los consumidores están obligados a contratar por su cuenta o, en su defecto, a pagar penalizaciones por permanecer en el mercado tradicional.

Ahora mismo, en la TUR, están la mayoría de los usuarios domésticos. De 24 millones de hogares y pequeños comercios apenas si una cuarta parte se han acogido a las ofertas de las comercializadoras. Si el plan de Soria se lleva a cabo, la mayor parte de los usuarios, aquellos que están por encima de los 5 kilovatios de potencia contratada, estarán obligados a entenderse con una compañía.

Para el Gobierno, es un alivio. Ahora, cada tres meses debe decidir cuánto suben o bajan los peajes (la parte regulada del recibo que retribuye a las eléctricas el transporte y la distribución de energía). Es un examen trimestral plagado de disgustos y, a menudo, de pleitos con las eléctricas. Quiere evitarlo. La gran pregunta es si al consumidor de a pie le compensa contratar por su cuenta con una compañía comercializadora.

Según la Comisión Nacional de la Energía (CNE), hasta ahora, no mucho. Aunque sí que hay un cierto movimiento de cambio de usuarios entre compañías, el ahorro anual por cambio de compañía eléctrica no llega a los 17 euros anuales y solo es un poco superior si se aceptan ofertas de contratación de gas y electricidad. Y se habla de competencia.