El Bundesbank cree que si el BCE compra deuda soberana sería “como una droga”
Merkel respalda a Weidmann pero pide que los líderes europeos "midan sus palabras" a la hora de hablar de la crisis del euro
El presidente del banco central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, volvió a la carga y alertó de los riesgos que, a su juicio, entraña la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda soberana a países con dificultades económicas, como España e Italia, ya que la medida puede volverse “adictiva como una droga”. “Para mí, una política semejante es cercana a la financiación estatal mediante la máquina de imprimir dinero”, dijo Weidmann, en una entrevista que publica la última edición der Spiegel.
“En las democracias, son los parlamentos y no los bancos centrales los que deberían decidir sobre esa acumulación general de riesgos”. Weidmann, que expresó su preocupación por el peligro inflacionista, resaltó que la política monetaria “parece que se está empleando para solucionar problemas políticos”, lo que “deja sus objetivos reales en un segundo plano”.El presidente del Bundesbank recomendó que el BCE “no garantice la permanencia de los estados miembros en la zona euro a cualquier precio”.
Austria defiende dar más tiempo a Grecia para pagar sus deudas
Si el BCE compra bonos de países con problemas, la fuerza de su demanda sube el precio de los bonos soberanos y, por tanto, baja los altos intereses que se pagan y alivia las dificultades de financiación de los estados.En un amplio reportaje, el semanario alemán señala que Weidmann se ha convertido en el último defensor de la ortodoxia monetaria en el seno del BCE y que ahora está dispuesto a luchar hasta las últimas consecuencias para impedir que el presidente del BCE, Mario Draghi, lleve a cabo sus planes de comprar miles de millones de euros en bonos gubernamentales de España e Italia. Para evitar problemas, las autoridades alemanes planear proponer que España e Italia se comprometan ante la Bruselas a hacer reformas económicas como condición para obtener el apoyo del BCE. La financiación de los gobiernos por parte del BCE ha sido un tabú para el organismo europeo con sede en Fráncfort, una institución que adoptó los reglamentos que dieron vida y poder al Bundesbank. El antecesor de Weidmann al frente del Bundesbank, Axel Weber, renunció el año pasado al cargo, en protesta por la compra de bonos. Weber era el candidato de Angela Merkel para reemplazar a Jean Claude Trichet en el BCE.
En su última comparecencia ante la prensa, Mario Draghi señalo el BCE solo compraría bonos si los países interesados en esa medida recurren al fondo de rescate de la eurozona, una medida que está sujeta a la aprobación de los ministros de Finanzas.
La solitaria lucha de Weidmann recibió ayer un inédito respaldo de parte de la canciller alemana quien señalo, ante las cámaras de la primera cadena de televisión estatal, ARD, que era bueno que Weidmann expresara en forma pública sus advertencias. “Respaldo a Jens Weidmann y creo que es bueno que él, como presidente del Bundesbank alemán, tenga tanta influencia en el BCE”, dijo la canciller.
Sin embargo, Merkel también advirtió a sus socios de gobierno y europeos que midan sus palabras a la hora de abordar la crisis de la eurozona, especialmente en lo que se refiere a la permanencia de Grecia en la unión monetaria, cada vez más cuestionada. “Todos deberían medir bien las palabras”, dijo, y alertó de que “hay que actuar con mucha cautela cuando se conocen las actuales necesidades de cambios en Grecia”.
Austria también dio ayer oxígeno al país heleno. El canciller federal, Werner Faymann, considera que Grecia debería contar con un par de años más para devolver sus deudas siempre y cuando se atenga a los objetivos fijados por la UE. “Hay una buena oportunidad de llegar a un resultado con Grecia, para que los griegos respondan a sus compromisos con la Unión Europea, pero a cambio deberían recibir más tiempo para pagar”, declaró en el diario Oesterreich y recogió Reuters.
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