El rechazo del Bundesbank al plan de Draghi pone en guardia a los mercados
El banco central alemán afirma que las compras de bonos son un riesgo para la estabilidad El aviso frena la mejoría de la prima de riesgo española
La solución a la crisis de la deuda soberana europea puede no estar tan cerca como anticiparon los mercados la semana pasada. El encargado de recordarlo este lunes fue el Bundesbank, que manifestó su resistencia al nuevo programa de compras de bonos por parte del Banco Central Europeo (BCE) que anunció el pasado 2 de agosto el presidente del emisor del euro, Mario Draghi.
Si ese día la decisión contó con la disconformidad del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, este lunes el último boletín mensual del banco central alemán la cuestionaba de nuevo y borraba las alzas de las cotizaciones bursátiles y la relajación de las primas de riesgo española e italiana de las primeras horas de la jornada: “El Bundesbank es de la opinión de que las compras de bonos soberanos por parte del Eurosistema deben ser consideradas de forma crítica porque comportan importantes riesgos para la estabilidad”. El nuevo programa de compra de bonos “podría ser ilimitado” y, según el banco central alemán, las decisiones sobre una mayor responsabilidad compartida en los riesgos de insolvencia deben ser tomadas por los Gobiernos o los Parlamentos, no por los bancos centrales. Durante el fin de semana, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, había pedido en una entrevista a Efe que no se pusieran “límites” a la intervención del BCE.
A los inversores tampoco les duró mucho la expectativa, recogida el domingo por el semanario alemán Der Spiegel, de que el BCE podría estar evaluando el establecimiento de un umbral de rentabilidad que active las compras de bonos soberanos de países bajo presión. Un portavoz del Ministerio de Finanzas alemán, sin embargo, precisó que la fijación de ese tipo de objetivos sería “muy problemática desde un punto vista teórico”. El propio banco emisor emitió un comunicado en el que, sin desmentir si se está o no considerando la medida, declaraba que “el Consejo de Gobierno no lo ha debatido aún”, que “no es correcto especular con la modalidad de futuras intervenciones del BCE” y que “informar sobre decisiones que no se han tomado aún induce a confusión”.
Todo ello fue suficiente para frenar la caída de la prima de riesgo española (exceso de rendimiento que se exige a los bonos a 10 años respecto a los alemanes, que se considera inversión sin riesgos), que había cedido hasta 458 puntos básicos (4,58 puntos porcentuales), nivel que no registraba desde el 2 de julio. Remontó al cierre hasta 477 puntos. El rendimiento de los bonos a ese plazo, que el 25 de julio llegó al 7,751%, el más alto desde que existe el euro, tocó el 6,159%, aunque cerró la jornada en el 6,282%.
Más acusado fue el efecto en la deuda a dos años, donde se centrará la acción del BCE, según explicó Draghi en su última rueda de prensa. El tipo a ese plazo, que el 25 de julio llegó a escalar hasta el 7,147%, retrocedió hasta el 3,358%, nivel que no alcanzaba desde mayo . Al final de la sesión rebotaba al 3,585%. La prima de riesgo italiana descendió hasta 413 puntos, pero terminó en 426.
La Bolsa también moderó la euforia que la pasada semana la llevó a anotarse un avance del 7,28%. Tras iniciar la jornada al alza, el Ibex invirtió la tendencia y entró en pérdidas. Al cierre se situó en 7.469,6 puntos, con una caída del 1,21%.
Las Bolsas europeas también terminaron en números rojos. Londres cedió un 0,48%, París un 0,22%, Fráncfort un 0,1% y Milán un 1,01%:
La resistencia del Bundesbank a las compras de bonos no es una novedad. El predecesor de Weidmann, Axel Weber, dimitió el año pasado por su oposición al programa de adquisiciones que el BCE puso en marcha en 2010 y el que fuera vicepresidente del banco central alemán, Juergen Stark, también renunció por la misma razón a su puesto como economista jefe del BCE el pasado diciembre. Pero el Bundesbank no es el único banco central que ve con desconfianza las compras de bonos. En declaraciones al diario Frankfurter Rundschau difundidas este lunes, el miembro del Comité Ejecutivo del BCE, el alemán Joerg Asmussen, adviertía de que “nadie debería tratar de crear la impresión de que el Bundesbank o su presidente están aislados".
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