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La economía más joven del mundo, a punto de estallar

Sudán del Sur celebra su primer año de independencia con el colapso de sus arcas

Tiziana Trotta
Un niño sujeta una vela en las celebraciones para la independencia de Sudán del Sur, el 9 de julio de 2011.
Un niño sujeta una vela en las celebraciones para la independencia de Sudán del Sur, el 9 de julio de 2011.MARC HOFER (AFP)

Hace exactamente un año que un referéndum proclamaba la independencia de Sudán del Sur. Nacía así una economía abocada al fracaso, sin un acuerdo claro con el Norte sobre la administración de los recursos petrolíferos y una alta tensión en la nueva frontera, que celebra hoy su primer cumpleaños ante previsiones poco alentadoras. Un informe del Banco Mundial filtrado a la prensa local advierte de que el sistema podría colapsar antes del final de este mes. El ministro de Economía, Kosti Manibe Ngai, mitiga estas previsiones, aunque haya admitido que las reservas de fondos "no durarán hasta final de año".

La separación de Sudán en un Sur de mayoría cristiana y africana y un Norte árabe y musulmán ha puesto fin solo en parte a una guerra civil de 20 años, que ha causado 2,5 millones de víctimas y más de cinco millones de desplazados. La euforia, sin embargo, ha dejado paso en muy poco tiempo a la preocupación por la crítica situación económica de la región meridional. La principal causa de esta crisis reside en la interrupción de la producción petrolera, fuente del 98% de los ingresos de las arcas públicas, que ha ampliado el déficit de los presupuestos y alterado la balanza de pagos. 

"Estos factores tendrán unas consecuencias macroeconómicas devastadoras", explica Laura Kullenberg, del Banco Mundial desde Sudán del Sur. "Esto supone, entre otro, una inflación muy elevada —que en mayo superaba el 80%—, la devaluación de la moneda frente al dólar y una posible emergencia en el abastecimiento de carburantes y alimentos. Los más pobres tendrán que pagar las consecuencias". Los enfrentamientos y el cierre de la frontera contribuyen a empeorar la crisis, dejando la economía nacional con escasas posibilidades de sobrevivir más allá de este año.

La representante del Banco Mundial en el país no confirma estas previsiones, pero admite que desde la institución existe cierta preocupación por las consecuencias del cierre de la producción petrolera y el impacto sobre las condiciones de vida de la población, tanto del Norte como del Sur, en especial en lo que concierne la seguridad alimentaria.

"El informe filtrado del Banco Mundial afirma que la institución no ha visto nunca una situación económica más complicada que la de Sudán de Sur”, asegura Georgina Parkes, analista de Control Risks. “Incluso si se pone en marcha un plan de austeridad, las reservas aguantarían como mucho seis meses más”, añade.

“Es difícil predecir si la situación económica ha llegado a un callejón sin salida, debido a una falta de transparencia de las autoridades ”, explica Jennifer Christian, analista política de Enough Project en el país.

El Banco Mundial apunta a que las reservas de fondos se agotarán antes de finales de este mes

Para hacer frente a la crisis, Juba ha intentado reducir drásticamente gastos, incrementar los impuestos y obtener más prestamos internacionales. Pese a que el Gobierno proclama “defender” los salarios públicos, la “necesidad de revisar las prioridades para lograr los objetivos marcados” abre la puerta a la reducción de la paga de los funcionarios. Estos ajustes, por el contrario, no afectarán al elevado gasto militar.

Los presupuestos presentados la semana pasada fijan en 6.400 millones de libras sudanesas (unos 1.000 millones de euros al cambio del mercado negro) el objetivo de gasto para este año. Casi la mitad del total está destinado al pago de los sueldos. “Estos no son los presupuestos que me habría gustado anunciar”, declaró el titular de Economía, “pero el cierre de la producción petrolera ha causado un choque sin antecedentes en nuestra economía”.

Extrema dependencia del petróleo

El 75% de la producción petrolera del Sudán anterior a la separación proviene de las balsas que actualmente pertenecen al Sur, lo que ha generado conflictos entre las dos regiones sobre las condiciones de uso de las infraestructuras para la comercialización.

Juba ha anunciado planes pocos viables para reanudar la exportación de petróleo, fuente del 98% de los ingresos del Estado

Este enfrentamiento ha desembocado en un parón de la producción de medio millón de barriles diarios en enero que ha causado un fuerte incremento de los precios de los bienes de primera necesidad. Naciones Unidas calcula que casi cinco millones de personas se enfrentan al riesgo de indigencia debido a la escasez de alimentos, en un país en el que el 51% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.

Informaciones no confirmadas apuntan a que Juba ha pedido a China, importador del 60% del petróleo sudanés, la financiación de un oleoducto. “Pekín ha acelerado sus negocios con Sudán del Sur desde su independencia”, según Parkes, “y en abril firmó un préstamo de 6.400 millones de euros, pero se ha mostrado reacia a usar su influencia para llegar a una solución del conflicto”.

Juba ha anunciado ambiciosos planes alternativos para reanudar la exportación de petróleo. En febrero, el Gobierno firmó un memorándum con Etiopía para la construcción de un oleoducto vía Yibuti y aseguró también que está negociando con una empresa tejana para el transporte del petróleo a través de Kenya. Estas alternativas, de acuerdo con los analistas, son inviables. “De momento no ha llegado ninguna financiación para estos proyectos y las propuestas implican un elevado número de problemas logísticos y de seguridad”, explica Parkes.

Sudán del Sur dispone de una de las áreas agrícolas más ricas de África y recursos suficientes para generar una gran cantidad de energía hidroeléctrica. Pese a este enorme potencial, existen obstáculos políticos, operacionales y de seguridad para que otros sectores puedan remplazar la producción de petróleo. “Juba tiene escasas posibilidades de empezar a exportar en un breve plazo otro producto que no sea el petróleo”, afirma Christian. “Tiene que importar todo, sin disponer de liquidez para hacer frente a estos pagos”, subraya.

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Sobre la firma

Tiziana Trotta
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, principalmente en Planeta Futuro y en la Mesa Web. Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Urbino (Italia), Máster en Ciencias Históricas, Filológicas y de las Religiones por la Universidad Sorbona (Francia) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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