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Londres y la City apoyan un rescate dirigido directamente a la banca

Reino Unido presiona para que la zona euro calme las turbulencias financieras, que también afectan a la economía británica

Aunque el Gobierno británico nunca se ha pronunciado explícitamente a favor de una operación de rescate internacional en España, tanto el Ejecutivo como la City están a favor de ese rescate, en particular si está dirigido directamente a la banca y no a intentar mitigar por la vía de inyección de fondos los problemas de la deuda soberana española, a diferencia de lo que se hizo en los paquetes de rescate aprobados en el pasado para Irlanda, Grecia y Portugal.

La libra esterlina no está en el euro, pero la economía británica está de hecho tan vinculada a la de la zona euro que el estar fuera de la moneda única y al abrigo de las crisis de la deuda no han impedido que Reino Unido haya acabado volviendo a la recesión. Eso quizá explique que el primer ministro David Cameron ha sido el jefe de Gobierno europeo más activo a la hora de presionar a favor de la toma de medidas urgentes para solucionar la crisis en la zona euro, con independencia de que hace ya tiempo que aboga por una mayor integración fiscal y de políticas económicas como solución a más largo plazo. En el bien entendido, claro, de que Reino Unido quedaría excluido de esa tendencia federal.

Cameron ha abogado por la creación de un cortafuegos para impedir que las crisis se extiendan de un país a otro, crear un sistema de reparto de la carga fiscal, la puesta en marcha de una política monetaria solidaria en el conjunto de la zona euro y, aspecto crucial en este momento, asegurarse de que los bancos están bien capitalizados.

Si el apoyo del primer ministro a una intervención internacional en España se puede considerar que ha sido indirecto, la presión en el mundo económico británico ha sido más explícita. En particular el Financial Times, que a menudo refleja el sentir de la City en la misma medida en que la City se deja influir por el sentir del diario, y que se ha pronunciado abiertamente a favor de una operación de rescate del sistema bancario español.

Un editorial del pasado miércoles venía a dar por seguro que España acabará pidiendo ayuda internacional y se pronunciaba a favor de que los fondos de ese rescate “se utilicen para inyectar directamente dinero en los bancos en lugar de en la carga de la deuda”. Y puntualizaba: “Y aunque Madrid debería tener la voluntad de aceptar algunas condiciones, estas deberían ser menos intrusivas que las de los rescates de otros países, en la medida en que la crisis española está limitada a los bancos”.

Ese mismo día, la agresiva columna confidencial Lex acusaba al jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, de estar “dañando a España” al negarse a aceptar la necesidad de la intervención. “Los funcionarios españoles han minusvalorado a menudo el tamaño de la crisis de la zona euro y sus efectos. Quizás tengan razón al creer que bastan 40.000 millones de euros para recapitalizar a los bancos más débiles. Pero las indecisiones del señor Rajoy están aumentando el vacío de credibilidad creado por sus antecesores. Eso está minando la credibilidad de los inversores en las políticas oficiales”, opinan los autores de la columna, que conminaban a Madrid a “aceptar que un rescate es un rescate”.

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