El FMI aprueba la gestión de Monti y le anima a perseverar
El organismo internacional pide al Gobierno italiano que reduzca los gastos de la Administración
Mario Monti progresa adecuadamente, pero tendrá que seguir esforzándose y evitar las malas influencias. Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras su visita anual a Roma y Milán, destacó que el Gobierno tecnócrata de Italia está haciendo bien su trabajo, que las reformas puestas en marcha son "verdaderamente un modelo", pero que el camino no ha hecho más que empezar. "Queda mucho por hacer para relanzar el crecimiento y devolver el dinamismo a la economía", advierte el informe.
El FMI no solo ha puesto a Monti una severa lista de deberes, sino que le ha instado a acelerar la tramitación parlamentaria de la reforma laboral, y esto se puede convertir en un verdadero problema, porque el primer ministro ya no goza del apoyo político casi unánime de los primeros meses. Mas al contrario: los principales partidos han comprobado en las últimas elecciones municipales que un apoyo excesivo a Monti y sus recortes puede resultarles letal en las elecciones generales que han de celebrarse en la primavera de 2013.
Entre los deberes, el Fondo urge al Gobierno italiano a que insista en la reducción de gastos de la Administración, mejore la eficiencia de los servicios públicos —toda una cruzada en Italia—, reduzca la imposición fiscal sobre trabajadores y empresas para intentar reducir la evasión y baje los precios de la energía. Hay más: el FMI reconoce que los bancos italianos tienen una base de capital "amplia y estable" que los hace menos vulnerables que los de otros países europeos, pero les advierte: "Deben reducir los activos negativos cuanto antes, para poder obtener y conceder créditos, y sobre todo para poder seguir con los planes tendentes a aumentar la capitalización".
Como suele ser habitual en los políticos, Monti —que compareció en rueda de prensa junto al director para Europa del FMI, Reza Moghadam— se agarró al clavo de los elogios, se declaró satisfecho de su gestión y aseguró que no necesitará poner en marcha nuevos ajustes. No obstante, los números de Italia siguen estando en rojo.
El ejercicio de 2011 se cerró con una deuda del 120,1% del PIB, el trimestre de enero a marzo ha sido el tercero consecutivo en retroceso, el Fondo Monetario Internacional mantiene sus previsiones de recesión para el 2012 (1,9%) y 2013 (0,3%), aunque advierte de que pueden ser incluso peores por "las renovadas tensiones financieras que podrían empujar al alza los rendimientos de los títulos de Estado, restringir el crédito bancario y debilitar aún más la actividad económica". Monti, que dijo haber hablado con Barack Obama por la mañana, se vanaglorió de haber alejado a su país del "borde del precipicio" y se apuntó a los nuevos aires que llegan de París: "Yo nunca he hablado de austeridad".
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