Red Eléctrica solo obtiene en Bolivia y Perú un 2,5% de la cifra de negocio
La inversión de la empresa española en el país andino ronda los 80 millones
El golpe, inesperado, es más psicológico que económico. La nacionalización de la compañía Transportadora de Electricidad SA (TDE), propiedad en un 99,94% de Red Eléctrica Internacional, filial de Red Eléctrica de España (REE), no va a hacer tambalear el balance de la compañía que preside José Folgado. REE, participada en un 20% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) apenas obtiene un 2,5% de su negocio en los dos países de América Latina en los que tiene presencia: Bolivia y Perú. En el caso de Bolivia, según fuentes conocedoras de la compañía, el negocio apenas alcanza el 1,5%. La compañía que preside José Folgado lamentó la decisión adoptada por el Gobierno boliviano y aseguró que espera alcanzar un acuerdo para recibir una compensación adecuada.
Con presencia en el país desde el año 2002, la inversión en TDE ronda los 131 millones de dólares (unos 80 millones de euros). La cifra anual de negocio de la compañía no alcanza los 30 millones de euros y los beneficios se situaron en 2010 en 16 millones de euros, según información de la empresa. A diferencia de las concesiones por 30 años que la compañía española tiene en Perú junto a otros socios a través de Red Eléctrica del Sur (Redesur), en Bolivia la explotación de líneas por REE no tenía un tiempo limitado.
Las cifras, modestas en la escala europea, no lo son tanto para el caso de Bolivia, con problemas en su sistema eléctrico. TDE se ocupa del transporte de electricidad, gestiona 1.961 kilómetros de líneas eléctricas y 22 subestaciones por todo el país. No es un protagonista único. El presidente del país, Evo Morales, ha procurado gestionar desde el Estado el sistema eléctrico y otra compañía, nacionalizada en 2008, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), ha recibido encargos para tender líneas de transporte además de ocuparse de la generación.
“REE siempre ha cumplido con las inversiones que se le han autorizado por el Gobierno boliviano”, señala una fuente de la compañía. Por eso, la decisión, señala la misma fuente, no tiene una base económica y solo puede responder a criterios políticos. Porque se trata de inversiones cuya rentabilidad, a muy largo plazo, dependen completamente de las decisiones regulatorias que adopte el Gobierno boliviano. En el caso de Bolivia no se trata tampoco de disputar el control o el ritmo de explotación de recursos naturales o hidrocarburos.
Mercado interior
REE, desde la llegada de Luis Atienza a la presidencia de la compañía en 2004 en sustitución de Pedro Mielgo, miró más al mercado interno y a Portugal (REE controla un 5% de la compañía de transporte lusa REN) que a América Latina. Atrás quedó una etapa en la que empresas españolas, grandes y pequeñas, buscaban crecimiento a toda costa. Para Red Eléctrica de España, a comienzos del nuevo milenio, con un mercado interno maduro y con perspectivas de crecimiento limitadas, Bolivia y Perú fueron sendas de expansión con pequeñas inversiones que, poco a poco, perdieron brillo frente al crecimiento del mercado interior y la explosión de las renovables. Estas obligaron a REE a atender prioritariamente al mercado interior, extender la red y multiplicar la inversión hasta cuadruplicarla y alcanzar los 800 millones de euros anuales.
La integración de las nuevas energías renovables en la red (especialmente la energía eólica, poco predecible) y la adquisición de las redes de alta tensión a las compañías privadas (Endesa, Viesgo, Unión Fenosa, Hidrocantábrico e Iberdrola) por en torno a 2.000 millones de euros, han ocupado la gestión de REE en los últimos años. Mientras, las inversiones en Bolivia y en Perú se mantenían como operaciones a mantener.
Posiciones en el exterior
Para el nuevo equipo de gestión de REE que encabeza el ex secretario de Estado de Energía en la época de José María Aznar, José Folgado, la nacionalización de TDE decidida por Bolivia es la prueba de que tendrá que replantear sus posiciones en el exterior.
Para el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, la decisión boliviana, tras el mazazo propinado por el Gobierno argentino a la petrolera Repsol con la expropiación de YPF, indica que el Ejecutivo tiene por delante una intensa labor diplomática para mantener el prestigio y el respeto del país y de sus empresas en América Latina.
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