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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ordenando la discusión

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La discusión presupuestaria está siempre sujeta al mismo patrón. El Gobierno que los presenta opta por ensalzar su propia capacidad para encajar el puzle, y la oposición por la enmienda a la totalidad. No iba a ser distinto con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2012. Un maniqueísmo estructural que confunde al no especialista y genera un ruido que no ayuda a la discusión inteligente.

La realidad es que el tamaño global del ajuste en los PGE no podía ser inferior al presentado, so riesgo de enfurecer a mercados financieros y socios comunitarios. Por eso, podemos seguir discutiendo sobre la escasa racionalidad de obsesionarse con el recorte del déficit en medio de una profunda recesión como la que vamos a experimentar en 2012, sobre el limitado peso político de España en Bruselas, o sobre la estrategia y resultados del ejecutivo de Rajoy en su tarea de que la UE aceptase revisar al alza el objetivo para 2012. Pero creo que es preferible centrarse en las cuestiones abiertas y el futuro inmediato. Ahí van unas cuantas.

¿Será el ajuste suficiente? Es posible que no. De hecho, no hay que descartar nuevos ajustes tras el verano, cuando se conozca la evolución del déficit de la primera mitad del año. La razón es que la recesión en 2012 va a ser, está siendo, muy dura. La caída prevista del 1,7% en el PIB es de las más altas en las últimas décadas. Incluso aunque la cifra no empeore, va a ser difícil conseguir la recaudación que se estima en el proyecto de presupuestos aun teniendo en cuenta las subidas de impuestos.

No hay que descartar nuevos ajustes tras el verano”
Se podría recuperar la imposición patrimonial y poner el impuesto verde”

¿La composición del ajuste es la única posible? No. El Gobierno opta por reducir gasto en mayor medida que se incrementan los ingresos. Podría haber optado por recortar menos el primero a cambio de, por ejemplo, reformar y recuperar la imposición patrimonial y revisar a fondo la fiscalidad verde en España. Entre unos y otros y según diversas estimaciones disponibles, estaríamos hablando de más de 10.000 millones de ingresos adicionales. Con eso, se podría recuperar el soporte financiero perdido en educación e investigación desde 2009. No sería necesario ni recortar becas ni ahogar la I+D, entre otras cuestiones. Por supuesto, hablar de prioridades presupuestarias es hablar de modelos de Sociedad y de discursos políticos. Podemos aceptar y asumir la necesidad de la consolidación fiscal y, al tiempo, defender soluciones muy diversas por sus implicaciones.

¿El reparto del esfuerzo fiscal entre niveles de Gobierno es solidario? Depende. Los presupuestos revelan que la Administración central no va a optar por nuevos esfuerzos en pos de las CC AA. como la positiva ampliación del plazo de devolución de los anticipos en exceso correspondientes a 2008 y 2009. Eso quiere decir que los gobiernos (y trabajadores públicos y ciudadanos) de las CC AA. en peor situación fiscal al cierre de 2011 van a sufrir especialmente para cumplir con el objetivo marcado; mientras que los gobiernos autonómicos que en el pasado han hecho sus deberes (Madrid o Galicia), lo tendrán significativamente más fácil que la administración central. La descentralización política y financiera genera diversidad, para lo bueno y lo malo.

Santiago Lago Peñas es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo.

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