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EE UU se compromete a reducir su déficit para evitar desequilibrios en la cumbre del G-20

El G-20 ve con optimismo la economía mundial para 2005 pese a los numerosos desafíos

El secretario estadounidense de Tesoro, John Snow, ha reiterado hoy la voluntad de su país de reducir el déficit fiscal hasta el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2004 para evitar desequilibrios en la economía mundial. En rueda de prensa al final de una reunión de dos días de los países del G-20 en Berlín, Snow ha subrayado que Washington recortará el déficit del presupuesto al 2% más allá de esa fecha, tras comentar que se comprometió a esta meta ante los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de este grupo.

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El titular del Tesoro estadounidense ha esquivado la cuestión sobre la petición que había hecho ayer en este sentido el canciller alemán, Gerhard Schröder, pero ha recordado indirectamente que Europa también debe emprender reformas estructurales que incentiven el crecimiento económico. Snow ha repetido la postura oficial de que los tipos de cambio monetarios no figuraban en la agenda oficial de este encuentro de dos días, pero en cambio ha subrayado la actitud de la Administración de EE UU de que los países del sudeste asiático deben flexibilizar el cambio de sus monedas.

En su gira por Europa, antes de viajar a Berlín, Snow había repetido que la política de su Gobierno era la de apoyar un dólar fuerte, pero el billete verde se situó el pasado jueves a su nivel más bajo contra el euro al cambiarse a 1,3075 dólares al no dar crédito los mercados a estas declaraciones. Por otra parte, ha asegurado desconocer los motivos de la ausencia de Argentina en la reunión del G-20 en Berlín y ha precisado que había hablado hace dos semanas con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y que quizá no estaba al corriente de los motivos de esta inasistencia. Argentina rehusó ir a Berlín, según fuentes del grupo, para evitar tener que someterse a los dictados de las organizaciones internacionales y países acreedores para negociar los 100.000 millones de dólares de su deuda.

China, anfitrión del encuentro en 2005

El G-20, que reúne a 19 países industrializados y emergentes, más la Unión Europea (UE) y que representa el 90% del producto bruto mundial, ha acordado hoy un código de conducta voluntario entre países acreedores y deudores para solventar el problema de la deuda soberana. En la clausura de la cumbre, el G-20 ha decidido poner buena cara al mal tiempo al hacer un análisis de cauteloso optimismo sobre la economía mundial para 2005, con un crecimiento previsto de cerca del 4% y un clima económico favorable, pese a numerosos desafíos. El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, anfitrión del encuentro, ha recurrido a las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la rueda de prensa final para alimentar las esperanzas de una coyuntura algo menos favorable que este año.

Para cumplir estas expectativas será necesario que exista una cooperación eficaz entre productores y consumidores de petróleo y se asegure "una oferta adecuada" del crudo, según el comunicado final que conjuga las posiciones del grupo. "Los riesgos a la baja han aumentado debido a la volatilidad de los precios del petróleo, los persistentes desequilibrios y la preocupación sobre cuestiones geopolíticas", subraya el texto respecto a la evolución de la economía mundial. Al mismo tiempo, deberá evitarse la volatilidad en los mercados de divisas, una cuestión fuera de la agenda, pero de capital importancia, debido a los trastornos que generan las turbulencias monetarias en el comercio mundial.

Europa es víctima de la robustez del euro al perder competitividad sus exportaciones en los mercados dominados por el dólar, aunque también ha disminuido su factura de petróleo, pese a la escalada de sus precios, al importar el crudo en esa divisa. A las acusaciones de que China ha desatado la fiebre actual del oro negro, su ministro de Finanzas, Jin Renqing, recordaba a los reunidos que su país sólo acapara el 2% del consumo total de hidrocarburos del mundo. China, que será el próximo anfitrión de este encuentro en 2005, se ha comprometido a aportar su granito de arena a la estabilidad de la economía mundial mediante "diálogo y cooperación" y un uso razonable de la tecnología, según ha señalado Jin.

El secretario del Tesoro de EE UU, John Snow, gesticula durante la rueda de prensa que ha ofrecido en Berlín.
El secretario del Tesoro de EE UU, John Snow, gesticula durante la rueda de prensa que ha ofrecido en Berlín.AP

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