El G-20 acuerda combatir el fraude fiscal y el 'lavado' de dinero
Los 20 países no alcanzaron consenso para frenar la caída del dólar
Los ministros de Hacienda y jefes de los bancos centrales del llamado G-20, que reúne a los siete países más ricos de mundo del G-7 más la Unión Europea y otros 12 países emergentes, entre ellos Rusia y China, reunidos en Berlín, no intervendrán para frenar la subida de la cotización del euro respecto al dólar, pero lograron ayer un consenso con el fin de combatir el fraude fiscal y el lavado de dinero.
Hoy se llegará a un acuerdo en el que los países del G-20 se comprometen a actuar en contra de los llamados "paraísos fiscales" y cumplir con las exigencias establecidas en este sentido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según informaron ayer fuentes del Gobierno alemán. En la lucha contra la financiación mundial del terrorismo y el lavado de dinero los países del G-20 quieren actuar con mayor firmeza y observar con mayor atención en el futuro las transacciones sospechosas. Esto se materializará en un mayor intercambio de información y en presionar más a países como Suiza o los paraísos fiscales para que faciliten más información sobre los capitales.
Varios países se sumarán al gremio de la llamada Fuerza de Tareas de Acción Financiera contra el Lavado de Dinero (FATF, según sus siglas en inglés).
Las palabras del canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), sobre la cotización del euro se quedaron en un mero llamamiento moral y una crítica abierta a Estados Unidos. Los reunidos del G-20 en Berlín no asumieron una posición clara sobre el problema que preocupa en Europa por la pérdida de competitividad derivada de la fortaleza del euro respecto al dólar, con la consiguiente repercusión sobre las exportaciones. Schröder lo dijo con claridad: "Los tipos de cambio del euro son motivo de preocupación". A continuación, el canciller alemán mencionó el doble déficit de Estados Unidos, comercial y presupuestario, como causa de la debilidad del dólar, y añadió: "Naturalmente, una relación de socios exige que se haga algo". Schröder mencionó también a los bancos centrales como responsables: "El Banco Central Europeo (BCE) y otros bancos centrales tienen también que reflexionar sobre las posibilidades de hacer algo".
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