La inflación de la eurozona se aceleró hasta el 2,5% en mayo
Los precios subieron tres décimas y dejan la tasa interanual en su cota más alta registrada desde marzo de 2002
En apenas dos meses la inflación de la zona euro ha pasado del 1,4% al 2,5% en mayo, alcanzando el nivel más alto registrado desde marzo de 2002. El encarecimiento se debe, según ya ha apuntado en varias ocasiones la Comisión Europea, al aumento del coste del crudo, situación que se combina con el hecho de que justo hace un año la tendencia era la contraria.
El incremento de los precios energéticos elevó también la tasa de inflación de la Unión Europea ampliada, que incluye a los 25 países miembros, y alcanzó un 2,4%, según datos publicados hoy por la Oficina de Estadística comunitaria (Eurostat) que confirman la estimación rápida que publicara a finales del mes de mayo. Durante el mismo mes de 2003, la inflación en los países de la eurozona fue de un 1,8%.
En tasa interanual, las partidas más inflacionistas en la eurozona fueron alcohol y tabaco, con un encarecimiento del 8,4%; y la energía, que subió un 6,7% con respecto a mayo de 2003. Sigue a estos dos grupos el del transporte que, afectado por la escalada del petróleo, su coste se incrementó en un 4,1%. De abril a mayo, las subidas más importantes se registraron en energía (+2,5%) y transporte (+1,1%).
En cuanto a la comparativa entre países miembros, España sigue siendo la más inflacionista d ela eurozona con un IPC del 3,4% e iguala a Luxemburgo. Le siguen Grecia (+3,1%); Francia (+2,8%); y Bégica y Portugal (+2,4%).
Vigilar la inflación
Hasta el mes de abril, la tasa interanual del IPC se había mantenido por debajo del límite fijado por el Banco Central Europeo (BCE), aunque no ha dejado de crecer en cuatro meses: en febrero, la inflación interanual en la eurozona fue del 1,6%; en marzo, 1,7%; en abril, 2%, y ahora, ha llegado al 2,5%. Hacía más de dos años que la inflación no estaba tan alta en la eurozona, concretamente, desde marzo de 2002. El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, se ha mostrado preocupado por esta escalada de precios derivada directamente del encarecimiento petróleo. Por ello, en repetidas ocasiones ha afirmado en que el organismo que dirige se mantendrá "vigilante" para garantizar el control de la inflación aunque se mantiene firme en pensar que no afectará al crecimiento económico.
Pese a todo, tanto el BCE como la Comisión Europea insisten en que lo principal es "no preocuparse" ya que consideran que el incremento de la factura energética es transitoria. De hecho, Bruselas cree que podrá mantener sus previsiones de inflación para este año, que el pasado 7 de abril quedaron fijadas en el 1,8%.
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