Las primarias republicanas
Estas elecciones primarias, al margen del resultado en Iowa o del de la próxima semana en New Hampshire, tienen el objetivo principal de unir al Partido Republicano en torno a un candidato y darle a este la fuerza de la que hoy carece para enfrentarse a Barack Obama.
Un 16% de la población norteamericana es de origen hispano. Son 50,5 millones de habitantes que van adquiriendo, elección tras elección, un mayor poder de decisión a través de las urnas. Hasta la fecha, el voto latino ha sido eminentemente demócrata. En las pasadas elecciones, la comunidad hispana apoyó al presidente Barack Obama en un 67%.
Iowa es un ejemplo perfecto de la particularidad de la política norteamericana y de su diferencia con la que se practica en otros países. El primitivismo de los caucuses, su espontaneidad y pureza democrática, son el reflejo de la profundidad de esta democracia y también, en cierta forma, de su decadencia.
La Unión Europea se dio de plazo hasta el próximo día 30 para imponer sanciones serias a Irán, incluido el embargo a sus exportaciones de petróleo, y la impaciencia por actuar ya empieza a hacerse notar en algunas capitales, en particular París, que da por hecho que la República Islámica mantiene su velocidad de crucero hacia el arma nuclear.
JESÚS A. NÚÑEZ VILLAVERDE
El rey Mohamed VI nombró ayer al primer Gobierno mayoritariamente islamista de Marruecos seis semanas después de que el Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD, islamista moderado) ganase, por primera vez, las elecciones legislativas. Además del jefe del Ejecutivo, Abdelilá Benkiran, de 57 años, el Gobierno cuenta con 12 ministros o ministros adjuntos islamistas.
El invierno berlinés está siendo suave, pero implacable con el presidente federal alemán, Christian Wulff. De su palacio en Bellevue sale un aire gélido de crisis que se cuela por todas las rendijas de la cercana Cancillería, donde Angela Merkel decidió encumbrarlo a la jefatura del Estado en 2010.
Un jurado declaró ayer culpables a dos hombres por el asesinato en 1993 en el sur de Londres de un joven negro, Stephen Lawrence. Aquel caso se convirtió en uno de los estandartes de la lucha contra el racismo en Reino Unido.