El chico con ángel

El fútbol da de cuando en cuando figuras así, aceptadas por todas las aficiones. Como Casillas, el chico con ángel que levantó como capitán de España la Eurocopa y la Copa del Mundo. Una biografía feliz de la que todo el mundo se alegra porque se lo ha ganado. Son muchos años ahí, sin apenas ningún desliz, y cuidado que es fácil tenerlos en un mundillo tan atrabiliario como el del fútbol. Cuando un día notó que se había equivocado en sus declaraciones tras aquel partido de Supercopa se apresuró a llamar el día siguiente a Xavi, e insistió hasta que este aceptó sus explicaciones. Gracias a ellos dos hemos podido tener la fiesta en paz en La Roja, a pesar de todos los pesares de los clásicos. Una amistad que puede con todo.

Hace años que Casillas me dijo que su generación era muy buena y que ganarían algo. Me pareció una afirmación demasiado audaz, lo digo sinceramente, pero acertó de pleno. A otro amigo le dijo: "Soy una persona con suerte, y si algún día soy capitán de España será entonces cuando ganemos algo". Otra predicción acertada. Y es verdad que es un chico con suerte, no le cuesta confesarlo. Llegó al Madrid a través del Torneo Social, ya desaparecido. Con él llegaron otros trescientos niños. "De todos vosotros llegará uno o ninguno", les anunció Mezquita, el encargado del operativo. Y llegó él, que dos días antes de la muerte de Mezquita fue a visitarle y a recordar aquella anécdota.

Suyos son el beso más célebre de la historia del fútbol y el récord de internacionalidades de España, con 127 partidos, una de las grandes noticias futbolísticas del año. Ha pasado los treinta, pero aún parece un chiquillo gozoso cuando hace esas paradas inverosímiles como la de Sevilla. Un prodigio de portero, un chico con ángel. El gran refugio de los madridistas en estos tiempos de la ola blaugrana que se lleva todo por delante. Todo menos Casillas.

Alfredo Relaño es director del diario 'AS'.