Tomar la iniciativa
Las pequeñas editoras están en alza. A lo largo de la historia reciente del diseño han tenido sus momentos, pero en los últimos tiempos estaban un poco de capa caída. Las grandes firmas de mobiliario y accesorios de decoración tenían el mercado copado y, ante la interesante relación diseño-precio que ofrecían, hacían complicada la existencia de las editoras, cuyos productos especiales y poco convencionales se habían ido quedando relegados casi al circuito del coleccionismo. Quienes lo tenían peor eran los propios diseñadores, que no conseguían colocar sus piezas en los catálogos de ninguno. Por eso, algunos se han terminado lanzando a la autoedición.
En el argot del diseño, una editora es una empresa que no tiene fábrica propia. La diferencia entre cualquier otra empresa que hace lo mismo y una editora es que esta última suele nacer como una iniciativa personal, con un sello muy particular en la selección de piezas de su catálogo, casi a modo de comisariado. El editor mima al máximo dicha selección, pero deja su fabricación en manos de terceros, dependiendo de las necesidades de cada diseño. La selección de piezas es más libre, original y, sobre todo, proviene de un experto. Hartos de esperar que alguien les diera una oportunidad, algunos diseñadores y arquitectos ya se lo están montando por su cuenta.
Nacen como una apuesta personal, con un sello propio en las piezas de su catálogo, casi a modo de comisariado
La vuelta a la tortilla
Aprovechar la experiencia
Detrás de la pequeña editora Omelette-ed, nacida a finales de 2010, se encuentran tres miembros del estudio de diseño valenciano La Mamba. Raúl Durá, Ommar Uribe y Pedro Rivera decidieron montarse esta empresa aparte de su trabajo como diseñadores industriales porque "nos tiene un tanto descontentos el modelo tradicional donde el diseñador trata de colocar sus productos en una empresa sin llegar a obtener una respuesta", comenta Pedro. Y es que hay muchos diseñadores y pocas empresas. Más bien, o se consigue establecer una relación de colaboración con un cierto número de empresas con las que se conecta como diseñador, o es muy complicado encontrar una marca en la que encaje lo que uno diseña por libre. "Somos de los que creemos fielmente en que esto tiene que dar un cambio. En esta decisión influyó mucho haber visitado varias ferias extranjeras como las de Estocolmo, Colonia o Berlín, donde pudimos ver cómo muchos diseñadores se están planteando la autoedición como un modelo de negocio más palpable, sin dejar de lado el estudio", añade Pedro. Su experiencia con la firma de mobiliario para exteriores Minai Experience les dio las pistas para orquestar un proyecto de este tipo, ya que se encuentran implicados no solo en su dirección de arte, sino también en la parte técnica o en la logística de la empresa. De su primera colección destacan los espejos, con sus patitas rematadas en corcho. www.omelette-ed.com
Rienda creativa
Dar una oportunidad
El pasado septiembre se presentó Un4verde en la Feria Hábitat Valencia. La idea surgió cuando Discoh, estudio de diseño integrado por Kiko Gaspar y Miguel Abarca, expusieron por primera vez hace dos años en este salón, presentando varios productos de fácil fabricación seriada que ellos mismos habían desarrollado y financiado. En ese momento se dieron cuenta de que la mayoría de los jóvenes diseñadores con los que compartían espacio en el Salón Nude estaban en su misma situación, es decir, que tenían productos totalmente desarrollados, pero no encontraban fabricantes. Algunos se habían planteado ya la autoedición, pero sabían que "otros habían terminado abandonando hartos de dedicar su día a día a hacer envíos y rellenar albaranes en vez de a diseñar que es lo que realmente nos apasiona", cuenta Kiko Gaspar. Teniendo muy presente esta cuestión, se asociaron con Carlos Fernández y Ricardo Albiol para que se encargasen de la parte comercial, la distribución y el marketing. Su primera colección incluye piezas firmadas por estudios emergentes como OBJ, Mermelada, CrousCalogero, Nieto & Ventura y ellos mismos. A través de Un4verde se puede comprar la vela con base integrada de cera Candelero del estudio Nadadora. www.un4verde.com
La arquitecta Paloma Cañizares comercializaba unos biombos diseñados por ella cuando se dio cuenta de que aquello podía ir más allá. Así surgió la editora madrileña PCM Design. Su intención era, por un lado, descubrir talentos creativos desconocidos y, por otro, introducir piezas con algo que contar. "Buscamos diseños que tengan relación con cuestiones sociales, culturales, económicas o ecológicas, que despierten un interés casi mayor que el objeto en sí mismo", explica Paloma. Con esta doctrina, ha terminado editando como colección de debut una serie de piezas del diseñador eslovaco Tomas Kral. También él es el responsable de Reused History, una colaboración con la Real Fábrica de Cristales de La Granja (Segovia) surgida a partir de su catálogo de moldes en desuso de finales del siglo XVIII. "Poca gente sabe que la fábrica estuvo cerrada casi cien años y que en los ochenta la reabrieron. Se ha hecho un esfuerzo enorme para rescatar las técnicas artesanales de siglos pasados, formando a nuevos equipos y creando una escuela. Aun así, está en un proceso de reestructuración salarial y tiene escasos pedidos. El proyecto saca a la luz esta situación, muestra la capacidad técnica de estos artesanos y el potencial de la fábrica a nivel internacional". Y es que los productos de PCM Design se fabrican íntegramente en España, una doble apuesta, por tanto, por el producto nacional. www.pcmdesign.es
Acomodar a los niños
Un mercado por explorar
La firma de mobiliario infantil Ninetonine es la iniciativa personal del matrimonio Marcos-Bancroft. Cuando tuvieron a su primera hija (ya van por la tercera), se dieron cuenta de que la oferta de productos de diseño contemporáneo para niños y bebés era algo limitada. Alberto Marcos es arquitecto y la londinense Sacha Bancroft venía del mundo del marketing. Se lanzaron a la aventura de editar desde Madrid sus diseños y los de otros profesionales. Con respecto a los fabricantes, empezaron con un ebanista de Salamanca, después con una fábrica de Valencia y ahora colaboran con una pequeña empresa de Eslovaquia. "Yo creo que hay futuro para las pequeñas editoras como la nuestra", reflexiona Sacha. "Siempre habrá un mercado de gente que quiere algo diferente, fuera de lo común". Este es un punto clave en las editoras: no suelen hacer productos para masas porque suelen surgir como un proyecto muy personal fruto de un anhelo vital por parte del editor de ofrecer algo diferente. Por ejemplo, uno de los puntos fuertes de los muebles de Ninetonine es que muchos de ellos se adaptan a las diferentes etapas de los niños, como la cuna Neo, transformable en cama júnior, diseñada por el estudio madrileño Diez+Diez. Algo verdaderamente de cajón que quizá algunas empresas no ofrecen solo para sacar rédito. www.ninetonine.es
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