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"Sobrevivo gracias a la comida de mi hija"

L'Aldea retrasa el reparto de ayuda económica a los afectados por el 'corralito'

Pilar Duran tiene 80 años y vive al amparo de su hija. Este mes no ha podido cobrar la pensión porque su cuenta bancaria está bloqueada por la sección de crédito de la cooperativa agrícola de L'Aldea (Baix Ebre). Todos sus ahorros, reunidos con esfuerzo durante décadas, también están congelados por la entidad y no sabe si podrá recuperarlos. "Toda la vida he trabajado en el campo, recogiendo olivas y tomates. Pero tanto luchar no ha servido para nada porque de un día para otro me he quedado sin dinero, solo con lo que tenía en la cartera", cuenta Pilar Duran. Como ella, decenas de personas en L'Aldea están atrapadas por el corralito de la cooperativa local. La entidad llegó al colapso y desde el 1 de diciembre todas las cuentas de sus clientes están bloqueadas. La agónica situación afecta a 3.000 personas de los 4.376 habitantes que conforman el pueblo.

En L'Aldea todos culpan al gerente de la cooperativa del problema

Los inspectores de la Generalitat están auditando las cuentas de la cooperativa y los afectados han lanzado un ultimátum a la junta de la entidad. "Nos han engañado como chinos, nos decían que estaban respaldados por Caja Madrid y ahora se desentienden", explica indignada Duran. Muestra la libreta de ahorros con el emblema de Caja Madrid, y denuncia la falta de transparencia del organismo local.

"Algunos se enteraron a tiempo y pudieron sacar el dinero, pero yo sobrevivo gracias a la comida de mi hija", explica la mujer. Su hija, Maria Pilar Estorach, de 48 años, también sufre penurias para sacar su negocio -un molino de aceitunas- adelante.Maria Pilar Estorach ha tenido que pedir un crédito para que su molino de aceitunas pueda seguir trabajando -la campaña de recogida y molienda de aceitunas está al pleno auge en estos días y se prolonga casi todo el invierno- porque sus tarjetas bancarias y cheques son inservibles. "La semana pasada me quedé afónica de tanto visitar clientes para explicarles que sacaría la cosecha adelante. Cada mes pago 2.000 euros de luz", explica Estorach. Ya le ha anunciado a su hija que estas Navidades se quedará sin regalos.

En el pueblo, pese a los esfuerzos de los agricultores, muchas fincas siguen paradas debido al colapso financiero. Es el caso de las tierras de Ramon Albesa, de 41 años. Cría pollos y desde el colapso no ha podido volver a trabajar. Cada año necesita 10.000 euros para poder arrancar la campaña. "Me da mucha vergüenza recurrir a Cáritas, antes prefiero pedir a algún familiar y con la ayuda que ofrece el Ayuntamiento no tengo ni para empezar", dice Albesa.

El Consistorio aseguró que hoy empezaría el reparto de dinero entre las personas que lo soliciten y prueben que no tienen otras fuentes de liquidez. Tienen apartado un fondo de 70.000 euros, pero, por el momento, en L'Aldea aún nadie ha cobrado nada. "Hay 15 familias apuntadas y la lista se sigue alargando, esperamos poder dar al menos 600 euros por familia mañana o el miércoles", explica Simón Falcó, primer teniente de alcalde.

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No es la única promesa que aún no se ha realizado en la población: desde la cooperativa anunciaron el desbloqueo momentáneo de las cuentas para que cada afectado pudiese sacar 100 euros, pero la iniciativa está en suspenso. "Me da miedo pedir la ayuda del Ayuntamiento porque no sé si podré devolverla. No quiero comprarme un vestido, solo comer", afirma Cinta Bonet, de 77 años.

La asociación que han creado los afectados de la sección de crédito ya ha contratado abogados. Denuncian que ni siquiera la Generalitat les facilita información. "Pediremos las cuentas de 2009 y 2010 y un balance actualizado. El día antes de bloquear las cuentas una señora de 82 años fue a ingresar dinero y se lo aceptaron, ahora se pasa todo el día llorando. Otra acaba de sufrir una embolia. Es inadmisible", cuenta Estela Estorach, portavoz de la asociación.

En L'Aldea todos señalan como culpable del problema al gerente de la sección de crédito de la cooperativa. "Nos ha estafado y está en la calle; pero no ha podido hacer él solo un descalabro de estas dimensiones. Si no se soluciona pronto se armará un desastre", concluye otro de lo afectados por la crisis de la cooperativa.

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