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Los hoteleros piden que la tasa se extienda a todos los servicios turísticos

El sector, abierto al impuesto, reclama "modularlo" ante el peligro de que perjudique a las zonas costeras que basan su modelo en los precios baratos

"Claro que se aplicará". El presidente de la Generalitat, Artur Mas, despejó el jueves cualquier duda acerca de la implantación de la tasa turística. Y es que 10 años después de que el Gobierno balear aprobara la ecotasa, Mas la resucita con una fórmula similar pero un fin distinto. Las pernoctaciones se gravarían con un euro, de manera que solo con las pernoctaciones hoteleras se ingresarían al menos 45 millones de euros, pero este dinero iría sobre todo a sufragar los gastos de promoción que ahora asumen las Administraciones. Sin embargo, el sector hotelero plantea que estos costes se repartan en el máximo de servicios que usen los turistas. "Debería asumirla todo el sector, desde alojamientos hasta comercios turísticos", afirma el coordinador general de la Confederación Hotelera de Cataluña, Domènec Biosca.

La Generalitat ha abierto una negociación con el sector turístico para implantar la tasa turística. La condición que se ha impuesto el Gobierno de Mas es lograr el acuerdo con los hoteleros, sobre todo dado el precedente de Baleares, donde la ecotasa llegó a tumbar el Ejecutivo de Francesc Antich. La situación hoy es diferente. "No hay financiación y hoy el sector turístico es el motor económico que hay que seguir promocionando. Si no hay otra alternativa, estamos de acuerdo con la tasa", asegura Biosca. "El sector debe liderar la promoción y la recaudación. Ha de entender que no hay dinero para todo y que las prioridades son el gasto social", agrega.

Los hoteleros, en especial los barceloneses, están dispuestos a cerrar filas con el Gobierno de Mas y aceptar la tasa siempre que se destine a promoción, pero piden algunas "modulaciones". Estas, sobre todo, pasan por repartir la tasa de una forma más o menos equitativa dependiendo, por ejemplo, de la categoría del hotel. No tiene el mismo impacto sobre el precio, razonan, aplicar un euro a un hotel de cinco estrellas de Barcelona que cobra 300 euros por pernoctación que a uno del sur de la Costa Brava que ofrezca la media pensión por 25 euros. Y es que dentro del sector, los hoteleros de la costa son los más reticentes a la tasa.

Ese mismo debate se está trasladando a los municipios turísticos, que todavía desconocen si ellos contarían con alguna participación en la tasa. El alcalde de Lloret de Mar, Romà Codina, temía precisamente ayer, en declaraciones a Europa Press, que los turistas jubilados que lleguen a la localidad en invierno opten por ir a Fuengirola "porque será unos euros más barato". En cambio, el Ayuntamiento de Barcelona, en contra de lo que defendía el alcalde Xavier Trias cuando estaba en la oposición, acepta la aplicación de la tasa.

El socio de la consultora Magma Turismo, Bruno Hallé, está convencido de que la tasa "se acabará implantando", pero también considera que debe modularse dependiendo del destino turístico y controlarse los ingresos mediante una fórmula público-privada.Bruno Hallé coincide en que los hoteles costeros son muy sensibles a los precios. "Los que dependen de los operadores turísticos lo tienen peor, porque los clientes vienen con un precio cerrado y cada vez presionan más a la baja", asegura. Por ello, no es baladí la fórmula que se emplee para recaudar la tasa, es decir, que lo hagan los hoteles o se cobre en origen. Además, Hallé advierte de que hay una segunda derivada: ¿cómo se compensará a los municipios?

En los últimos 10 años, los municipios turísticos con gobiernos de izquierdas han planteado en numerosas ocasiones la conveniencia de una tasa turística para compensar los gastos extra que deben hacer para albergar a los turistas. La tesis doctoral de Ernest Ruiz García, de la Universidad de Girona, plantea los ingresos que supondría la tasa de un euro en destinos vacacionales. Las cinco localidades que más recaudarían son Lloret de Mar (3,9 millones), Salou (3,1 millones), Calella (1,7 millones), Cambrils (961.466 euros) y Malgrat de Mar (906.975 euros).

De media, según el estudio, cada municipio ingresaría 31,64 euros por habitante. Por encima de esta cifra estarían esos mismos municipios: el impacto sería de más del doble en Lloret (72,9 euros), Salou (71,9 euros) y Calella (69,2 euros), algo superior en Malgrat (43,12 euros) e inferior en Cambrils (27,15 euros).

Una tasa centenaria en Francia

Entre los argumentos de quienes defienden la tasa están quienes recuerdan que en la principal potencia turística mundial, Francia, 2.144 municipios turísticos cobran una tasa creada en 1910 que, en conjunto, aporta unos 170 millones de euros anuales. Pero Francia no es la única, y la lista es larga: EE UU, Austria, Grecia, Holanda, Hungría... En Reino Unido existe la Tasa para Pasajeros. Creada en 1994, la tasa ha pasado de 5 a 24 libras para los viajes de menos de 2.000 millas y 170 libras en los vuelos más largos, informa Walter Oppenheimer. A pesar de que los sectores aéreo y turístico presionan para eliminarla, el Gobierno no quiere prescindir de los 4.000 millones de euros que prevé que le aporten en 2015.

La experiencia española se ciñe a Baleares. La ecotasa solo estuvo en vigor entre mayo de 2002 y octubre de 2003 y fue a la vez la bandera socialista del primer Gobierno progresista balear y la estaca con la que el PP y los hoteleros derribaron en 2003 aquel multipartito que encabezaba Francesc Antich, informa Andreu Manresa. Los fondos recaudados, 96 millones, sirvieron para adquirir espacios naturales, grandes fincas rurales, casas monumentales y zonas paisajísticas. El único obstáculo en su aplicación fue que no pudo cobrarse en los aeropuertos, por lo que dejó fuera el turismo que no se alojaba en hoteles.

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