Pacientes del Ramón y Cajal critican el colapso de Urgencias
Los familiares de pacientes del hospital Ramón y Cajal mostraron ayer su malestar porque, aseguran, a lo largo de todo el fin de semana el Servicio de Urgencias se ha visto obligado a instalar camas para acoger a los enfermos en los pasillos. Un hombre de unos 70 años permaneció medicado en el pasillo durante todo el sábado, acompañado de su mujer, también de la misma edad, y que recientemente había sufrido un ictus. El caso de David, un joven de unos 20 años, también ejemplifica el colapso durante el fin de semana. Ingresó acompañado de su novia a las cuatro de la tarde y a las siete todavía esperaba a que alguien le dijera algo: "Me he desesperado. Me iban a hacer una radiografía, pero al final he decidido irme. Estoy muy nervioso, y mi familia lo está pasando mal. Me marcho a casa, y si aumenta el dolor iré a La Paz", explica el joven. "Es una vergüenza, había camas por los pasillos y nadie me decía nada", se lamenta. Un familiar de otra paciente, que ingresó el viernes por la noche en el Servicio de Urgencias, permaneció en los pasillos hasta que fue dada de alta el domingo por la mañana.
Fuentes del Hospital Universitario Ramón y Cajal aseguraron ayer que durante el fin de semana no hubo camas ocupadas por pacientes en los pasillos. El hospital indicó que ayer a las nueve de la noche había seis boxes o camas libres. El sábado, según los portavoces del hospital, no se llegaron a utilizar diez camas durante la mañana. Respecto a los enfermos que este periódico pudo observar que se encontraban en los pasillos, la portavoz del hospital aseguró que se trató de esperas de corta duración, hasta que fueron atendidos por los facultativos.
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