Jerzy Bielecki, enamorarse en Auschwitz
En el peor lugar del mundo, en las circunstancias más imposibles, es capaz de florecer el amor. Parecería que Auschwitz -como estableció Adorno- está reñido con la poesía, así que ni te digo con el enamoramiento. Y sin embargo en aquel infierno de deshumanización, miseria, ultraje y crimen, incluso allí, nacieron relaciones románticas.