El fiscal de Madrid ordena abrir la tumba de un posible bebé robado
Archivadas 60 de las 210 denuncias interpuestas en la capital
La Fiscalía de Madrid ha ordenado abrir una tumba en Barcelona para aclarar un posible caso de niño robado. Se trata de una niña nacida en agosto de 1982 en la clínica madrileña Nuevo Parque. A los padres les comunicaron 48 horas después del parto que el bebé había fallecido. En el momento, aturdidos por el dolor, no vieron el cadáver. Ahora, como tantas otras familias, dudan de si la pequeña murió o se la robaron.
Esta es la primera y probablemente la única exhumación que ordene esta fiscalía porque en la mayoría de casos denunciados los restos de los bebés supuestamente muertos y enterrados fueron trasladados a una fosa común. A los cinco años de la inhumación, el cementerio contactaba con quien había gestionado el entierro, para preguntar si deseaban trasladar los restos a un nicho permanente, previo pago, o si autorizaban que fueran llevados a una fosa común. La mayoría de familias que ahora denuncian el robo de niños no tuvieron oportunidad de decidirlo, porque transcurridos esos cinco años, fue el hospital que había tramitado el entierro quien recibió esa llamada. Esta familia sí. Los supuestos restos de la niña fueron enviados al cementerio del Suroeste, en Barcelona, para ser enterrados en el panteón familiar, junto a la abuela. Esa es la tumba que se va a abrir.
La madre de ese bebé nacido en agosto de 1982 vive ahora en EE UU y se desplazó recientemente a Madrid para relatar su historia ante el fiscal. En el momento no se atrevió a ver el supuesto cadáver de su hija, aunque su marido sí acudió al entierro, en el cementerio madrileño de La Almudena. Pese a todo, ahora tiene dudas de que su hija realmente muriera aquel día en el hospital. Cree que fue engañada y que el bebé fue vendido a otra familia.
La Fiscalía de Madrid ha recibido 210 denuncias por posibles robos de niños entre los años 1940 y la década de 1980. De ellos, más de 60 han sido archivados por falta de pruebas. "Habríamos hecho lo mismo [ordenar una exhumación] en todos los casos si hubiéramos podido, pero en la mayoría no hay nada que exhumar porque los restos fueron trasladados a osarios o destruidos", explica el fiscal jefe de Madrid, Eduardo Esteban. Ahora será el fiscal de Barcelona quien ejecute la exhumación y compruebe si la tumba está vacía o, en caso contrario, si los restos corresponden a los del bebé de esta familia, para lo que será necesario extraer y cotejar el ADN.
"En la última reunión que tuvimos los fiscales me di cuenta de que todos compartíamos la misma frustración de no poder ir más allá en este asunto", afirma el fiscal jefe de Madrid. "Todos hemos chocado contra un enorme muro: el tiempo". "El otro día leí en EL PAÍS que un padre estaba localizando e interrogando a las madres de todos los niños nacidos el mismo día que su hijo en Madrid. Yo no puedo hacer eso. Los fiscales no podemos abrir investigaciones generales o prospectivas. Necesitamos hechos, y en la mayoría de casos, solo encontramos sospechas", explica Esteban.
Ninguna de las cerca de mil denuncias presentadas ha terminado en imputaciones. Aunque algunas de las exhumaciones practicadas, como las del cementerio de La Línea (Cádiz), dejan resultados inquietantes: dos tumbas semivacías y una con huesos demasiado grandes para pertenecer a un bebé.
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