Los grafitis delatores
Los Mossos detienen a dos menores por incendiar su instituto en Nou Barris
A las cinco de la mañana del pasado 20 de marzo, las llamas alarmaron a los vecinos del instituto Josep Pla, en el distrito de Nou Barris, en Barcelona. Un incendio quemaba parte del edificio. Aquel día los bomberos necesitaron más de tres horas para sofocar el fuego. Siete meses después, los Mossos d'Esquadra, con la colaboración de la Guardia Urbana, han dado con los presuntos autores gracias a unos tags, unas marcas pintadas con aerosoles en las paredes a modo de firma, similares a los grafitis. Los detenidos, dos menores de 15 y 16 años, y alumnos del centro, las dibujaron en la fachada de su instituto antes presuntamente de prenderle fuego, según fuentes cercanas a la investigación.
Desde un primer momento, policía y bomberos sospecharon que alguien había hecho arder intencionadamente el edificio: el incendio empezó en el exterior y no había indicios de un fuego fortuito. La investigación llevó a los tags que aparecieron en la fachada tras el incendio, y que antes de cerrar la escuela no estaban, según contó la dirección del colegio a la policía.
La investigación de Mossos y Guardia Urbana culminó con la identificación de los autores de las firmas. Al más joven, de 15 años y nacionalidad española, se le acusa también de un robo con violencia. La policía encontró en la entrada y registro de su domicilio documentación relacionada con un robo, de la que el menor no se había deshecho. El otro estudiante detenido, de 16 años y de origen boliviano, había sido expulsado un año antes del instituto Josep Pla.Los dos menores acusados del incendio formaban parte de un grupo de jóvenes conocidos en la escuela por protagonizar actos vandálicos, según esas mismas fuentes. Eso ayudó a la policía a dar con ellos. Los acusados, detenidos los días 13 y 15 de octubre, pasaron a disposición de la Fiscalía de Menores.
El fuego originado presuntamente por los alumnos causó un estropicio considerable en el centro educativo. Las llamas devoraron tres plantas de uno de los edificios del instituto (unos 500 metros cuadrados) y destrozaron la fachada. Los daños ascienden a más de 80.000 euros, según datos policiales.
Los 400 alumnos, estudiantes de bachillerato y secundaria, del instituto acabaron el curso en el recinto educativo del instituto Joan Brossa. El Consorcio de Educación de Barcelona dispuso un servicio de transporte público para los adolescentes, que ocuparon las aulas de la escuela oficial de idiomas. En septiembre, el Josep Pla reabrió con normalidad.
El mismo día del incendio, los propios alumnos y padres del instituto sospechaban que el fuego había sido intencionado. "Siempre son los mismos, no es la primera vez que entran al centro. Hay una valla doblada por la que es muy fácil colarse", contó entonces Marc, un exalumno del centro educativo, que desde su casa pudo oler el humo. La primera preocupación de los padres fue el futuro académico de sus hijos. Al final, los estudiantes tuvieron que estar cuatro días sin clase por un incendio originado supuestamente por sus propios compañeros.
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