El mito de Evita

"Necesito un viaje", fue lo primero que pensó Juan Carlos Fresnadillo cuando terminó su última película, Intruders, que se estrenó la semana pasada. El director de cine acabó pasando dos semanas en Buenos Aires

"Necesito un viaje", fue lo primero que pensó Juan Carlos Fresnadillo cuando terminó su última película, Intruders, que se estrenó la semana pasada. El director de cine acabó pasando dos semanas en Buenos Aires.

¿Rodó en Argentina y no conocía la capital?

Descubrí un ambiente cultural que me conmovió. Hablé con un taxista y me puso al día de política, cine, teatro... Es un pueblo muy culto. El porteño se mueve. La gente va al teatro como en España al cine.

¿Usted también fue al teatro?

Vi El burgués gentilhombre y Hamlet en Corrientes, la calle más teatrera. Luego fui a Timbre 4, un espacio más underground.

Creatividad por los poros.

Tuve charlas muy interesantes, pero también me impresionó el Cementerio de la Recoleta; cada tumba es una obra de arte.

¿Fue a la de Evita?

No es fácil encontrarla, pero mereció la pena perderse. Cuando llegué y vi las flores y tarjetas que siguen llegando, me di cuenta de lo potente que es su mito.

Esencia argentina, como el acento.

Me gusta mucho, me parece divertido y sexi.

¿Algún otro hito?

Otro día cené en el barrio de Boca, en Patagonia Sur. Tomé unas mollejas de ternera y un pastel exquisitos, y como soy adicto al flan, pedí uno que entró en el ranking de los cinco mejores que he probado en mi vida.