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Reportaje:RUTAS URBANAS

30 teatros a la vuelta de la esquina

Una ruta desde el barrio del Abasto por los escenarios más originales de Buenos Aires

El año de la Gran Crisis, 2001, el año en que Argentina pisó la piel de plátano y el plátano también, alguien fue y cerró a cal y canto el corralito sin caer en la cuenta de que estaba dejando fuera a las bestias más pardas. Y todas esas bestias fueron a parar al mismo lugar: el Abasto de Corrientes.

Se trata de una barriada de galpones y zaguanes, callejas adoquinadas y alquileres baratos a la espalda del antiguo mercado central de la ciudad -hoy un enorme centro comercial de techos abovedados- donde desde hace diez años se concentran más de setenta restaurantes y cerca de treinta salas de teatro y espectáculos. Ya antes, a finales de los ochenta, habían empezado a dejarse caer por aquí los pesos pesados de Rafael Spregelburd, Javier Daulte y Alejandro Tantanián: las Tres Gracias. Los chicos malos de la dramaturgia argentina contemporánea que aún siguen metiéndole mecha a la escena porteña.

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Digamos que la zona del Abasto ocupa un área de alrededor de dos kilómetros cuadrados integrado entre Sarmiento, Medrano, Tucumán y Jean Jaurés, donde cada día de la semana, desde el mes de mayo, se concentran hasta cuatrocientas obras de teatro, en horarios que van de las nueve a las doce de la noche. Con actores que actúan en más de una sala a la vez, de lunes a lunes. Así, sin parar, en un país en el que el café descafeinado no existe más que como chiste malo. Esto es el Abasto. Aquí inventaron las piezas de teatro que se representan en una piscina o en un cuarto de baño (por abaratar gastos, más que nada).

Diez cuadras más allá, desde Callao hasta Esmeralda, se extiende el Corrientes oficial, la Broadway de grandes salas acústicas, pizza al corte, capos cómicos y nombres en mayúscula. Esto es el Abasto, que nadie se mueva. Las salas hay que buscarlas y tomarlas al asalto. Las puertas a la calle en ocasiones no son más que una plancha de chapa pintada de color. La del Teatro del Abasto es escandalosamente verde. Detrás se abre una nave donde Norma Montenegro, la directora artística y una de las primeras en poner un pie en el barrio, lleva tres temporadas repitiendo el taquillazo de Lote 77, de Marcelo Mininno (de Mininno no tiene nada). Muy cerca, en la misma Humahuaca, un nombre indio para una calle indie, se encuentra el indispensable Espacio Callejón, y algo más allá, en Anchorena, El Ombligo de la Luna. Tres cuadras más arriba, en Lavalle 3636, se esconde La Puerta Roja, un estrecho y largo zaguán con sofás desventrados que se cruzan en nuestro camino antes de llegar a la sala donde dirige Marcelo Subiotto desde hace siete años. Y algo más abajo, en Mario Bravo, en El Camarín de las Musas, Daniel Veronese lleva diez años abriendo y cerrando la noche con obras como Mujeres soñaron caballos y Un hombre que se ahoga. El Camarín tiene un minúsculo restaurante a la entrada, como ocurre en muchos de los locales del Abasto. Pequeños pero matones.

A Boedo en colectivo

Si apetecen cenas más contundentes, el barrio alberga un enorme número de restaurantes internacionales: hindúes, chinos, japoneses, varios peruanos (los mejores de la ciudad), y el italianísimo Pierino (Lavalle 3499), el preferido de Astor Piazzolla. En muchas de las salas además de cenar se puede escuchar música en directo antes o después del espectáculo, como en La Vaca Profana o NOAvestruz, este último algo más alejado del barrio, que más parece un recoleto bar de copas que un teatro. Algunos de recoleto no tienen nada, el Espacio Konex, en Sarmiento 3131, con esa enorme escalinata color mandarina que atraviesa el patio de entrada. Puro circo, mucho cine y teatro (aquí actúa Grupo Ojcuro, una troupe de actores invidentes que representan, entre otros, textos de Roberto Arlt en completa oscuridad) y El Cubo, su hermano pequeño en Pasaje Zelaya.

Y en fin, vamos a pillar un colectivo, uno de esos autobuses de parabrisas fileteado que se salta todos y cada uno de los semáforos, y vayamos a Boedo, el auténtico y viejo Buenos Aires tanguero. Aquí, Timbre 4, la compañía de Claudio Tolcachir, acaba de abrir nueva sala a la vuelta, en México, donde prometen repetir Tercer Cuerpo y La omisión de la familia Coleman entre gira y gira internacional. En el número 640 de Boedo aún hay que hacer una estrecha cola entre los buzones de los vecinos y las enredaderas antes de llegar a la sala, un pequeño espacio íntimo o asfixiante, según el humor con que lo contemplemos. Parece que En tus últimas noches, su próxima producción, se acercará insidiosamente más a lo asfixiante.

Si a donde vamos es al sur, a La Boca, nos encontraremos con el Catalinas Sur, un grupo de más de trescientos vecinos que llevan desde los ochenta representando historias del barrio y del gran Buenos Aires con murgas, tangos y candombe, un espectáculo que han proyectado ya a medio mundo desde su delirante galpón en la Avenida Galdós.

Se acaba la función; a la calle. Las dos de la mañana. Qué más da, si aún corren los colectivos y podemos cenar unos sorrentinos en cualquier parte o probar un Torres de Chenoa antes del amanecer. ¿Y cuánto nos ha costado ir esta noche al teatro? Poco más de cinco euros. ¿Cuánto cobran muchos de estos actores? Nada. El placer de llevarse el aplauso, de haberse dejado la piel en el escenario, y muchos hasta la ropa.

Y si aún nos quedan ganas de experiencias teatrales ahí está la Universidad Maimónides, donde cada martes los alumnos de medicina se enfrentan a actores que representan enfermedades para su diagnóstico (y no pocos de estos actores acaban llevándose la sintomatología a casa), o la Galería Bond Street en Santa Fe. Ahí abajo, en los sótanos, justo detrás de los cristales y de cara a la gente, los chicos se hacen tatuar en vivo y en directo la cara de Maradona o de Carlos Gardel, el morocho del Abasto; Carlitos.

» Esther García Llovet es autora de Las crudas (Ediciones del Viento).

Más propuestas e información en la Guía de Buenos Aires

Descubre lo más destacado de la capital argentina paseando entre originales barrios como Caminito, regateando con los anticuarios de San Telmo o admirando la Plaza de Mayo con su Casa Rosada. Un recorrido por las calles de Buenos Aires, desde Puerto Madero al estadio del Boca.Vídeo: LUIS MANUEL RIVAS

Guía

Visitas

» Teatro del Abasto (www.teatrodelabasto.com). Humauaca 3549.

» Espacio Callejón (http://espaciocallejon.blogspot.com). Humahuaca 3759.

» El Ombligo de la Luna. Anchorena 364.

» La Puerta Roja (www.lapuertaroja.com.ar). Chacabuco 733.

» El Camarín de las Musas (www.elcamarindelasmusas.com). Mario Bravo 960.

» La Vaca Profana (www.vacaprofana.com.ar). Lavalle 3683.

» NoAvestruz (www.noavestruz.com.ar). Humboldt 1857.

» Espacio Konex (www.ciudadculturalkonex.org). Sarmiento 3131.

» El Cubo (www.cuboabasto.com.ar). Zelaya 3053.

» Timbre 4 (www.timbre4.com). Boedo 640.

» Catalinas Sur (www.catalinasur.com.ar). Peréz Galdós 93.

» Galería Bond Street. Avenida Santa Fe 1670.

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